DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 370
Salvador Borrego
El 27 de agosto Hitler fue al cuartel general de Von Manstein, en Winniza (Rusia) y
se le informó de los esfuerzos sobrehumanos realizados por la tropa. De 133,000 bajas
sufridas en el sector sur, sólo se habían cubierto 33.000. Se le pidieron refuerzos
apremiantemente y Hitler ofreció retirar algunas divisiones de los sectores norte y centro,
pero en esos días embistieron también ahí los bolcheviques, y ya no fue posible restarles
tropas.
Muchas penetraciones soviéticas eran canalizadas hacia "embudos" de tanques
alemanes que luego embestían y las aniquilaban. Toda clase de estratagemas se ponían en
juego para compensar la inferioridad numérica. A regañadientes, Hitler accedió a que el
sector sur hiciera un repliegue hacia atrás del río Dniéper.
Esta maniobra resultaba altamente difícil porque era necesario retirar los
abastecimientos para tres meses de 52 divisiones, a la vez que hacer pasar a esas 52
divisiones a través de 5 puentes sobre el Dniéper. La maniobra se complicó porque hubo
que retirar a todos los rusos civiles en edad militar y porque miles de familias rusas se
retiraron también, temerosas de represalias bolcheviques. Moscú había ordenado que toda
la población hiciera guerra de guerrillas y a los que no cumplían esa orden los consideraba
desertores.
Para este gran repliegue se necesitaron 2,500 trenes . Tan sólo el número de heridos
de los cuatros ejércitos alemanes ascendía a 200,000. En la vasta retirada el frente alemán
se fraccionó al contraerse sobre los 5 puentes disponibles, y los soviéticos tuvieron la
oportunidad de embestir a través de los amplios espacios desguarnecidos y causar un
desastre, pero no vieron esta posibilidad y el frente volvió a restaurarse en la ribera
occidental del Dniéper.
A continuación el primer ejército blindado de Von Mackensen se vio acosado por
fuerzas rusas que trataban de coparlo, pero logró sacudírselas destrozando 8 divisiones
soviéticas de infantería y dos de tanques. Causó 10,000 muertos y capturó 5,000
prisioneros, 350 tanques y 350 cañones. En esos días el general Von Mackensen fue lle-
vado al frente de Italia y lo substituyó el general Hube.
Para el 20 de noviembre ya los soviéticos habían recibido otras 44 divisiones de
refresco —aunque no completas— y proseguían su ofensiva con nuevos bríos. Al 4º ejército
alemán lo acosaban 3 ejércitos; al 1º lo atacaban dos; al 8º lo embestían 7, y al 6º tres.
Apenas salía la infantería de un combate y empezaba el siguiente. Los tanques eran
prestados de un cuerpo a otro y corrían a los sitios más comprometidos para cerrar
brechas. Esa constante movilidad de los cuerpos blindados y su eficaz acoplamiento
conjuró muchas veces el desastre de que se desplomara todo el frente sur.
Varios generales insistían ante Hitler para que se hiciera un repliegue más grande,
pero él seguía con la esperanza de que el enemigo acabaría al fin por agotarse. "Y para las
consideraciones que le hacíamos de la conveniencia de reducir el frente —dice Von
370