DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 30
Salvador Borrego
propicias coyunturas para que el marxismo teórico y utópico ganara adeptos que luego se
convirtieran en instrumento para los organizadores judíos. Oswaldo Spengler apuntó en
"Decadencia de Occidente": "El alma rusa, alma cuyo símbolo primario es la planicie
infinita, aspira a deshacerse y perderse, sierva anónima, en el mundo de los hermanos... La
vida interior del ruso, mística, siente como pecado el pensamiento del dinero".
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Otro filósofo, el Conde de Keyserling coincide con los dos anteriores: "Los rusos son
tan profundamente religiosos en el alma que incluso el materialismo, el ateísmo, la
industrialización y el plan quinquenal les sirven de iconos". Igualmente, el sacerdote jesuita
norteamericano E. A. Walsh, que vivió en la URSS en 1923, opina en su libro "Imperio
Total": "El mujik ruso, cuando está impregnado de vodka, revela una sórdida grosería y
una torpe animalidad sólo limitada por la capacidad física. Pero, terminada la orgía, llorará
con su prójimo en fraterna comprensión, perdonará a los ladrones, cobijará a los asesinos
con compasión y manifestará instantánea simpatía hacia todos sus compañeros de
peregrinación en este valle de lágrimas, y al arar exclamará: 'Dios, ten piedad!...”
Otto Skorzeny, que como oficial alemán conoció a los rusos durante cuatro años de
lucha, da el testimonio de que "el soldado que fue a la guerra por el materialismo dialéctico
posee, en realidad, un idealismo religioso... Casi puede decirse que el ruso, en cuanto a
alcanzar su objetivo ideal, es un enemigo de lo posible: necesita objetivos lejanos y
fantásticos".
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Son innumerables los investigadores que habiendo estudiado la psicología del ruso
coinciden en que bajo su dureza acorazada por el sufrimiento de siglos y que bajo su
crueldad propia de los caracteres primitivos, late un vigoroso sentimiento místico. Y es
precisamente en este sentimiento, espontáneo y de distinta índole que el pensamiento
lógico, donde el marxismo israelita se injertó; donde el marxismo encontró un apoyo para
erigirse en fuerza gigantesca.
El empuje indiscutible del bolchevismo surgió de dos factores: la fórmula alucinante y
utópica de Marx y el sencillo misticismo de las almas rusas. Y fueron judíos quienes
combinaron ambos factores como se combinan la glicerina y el ácido nítrico para obtener
la dinamita.
El bolchevismo cundió luego con su propia dinámica y no requirió razones para
subsistir; incluso pudo hacerlo pese a las realidades que lo contradecían. Tal es el
mecanismo de los movimientos sociales que llegan a erigirse en creencias místicas o
seudomísticas.
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"Vida Intima". —Conde de Keyserling.
"El Soldado Ruso".—Otto Skorzeny.
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