DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 232
Salvador Borrego
Minsk.
El doble cerco se convirtió luego en una jadeante batalla de aniquilamiento. Las
fuerzas soviéticas copadas eran extraordinariamente poderosas en material blindado y
contaban con 3,500 tanques, o sea el triple de sus atacantes. Una infernal masa de dos mil
cañones operaba también en el área del envolvimiento. Repetidas veces los rojos
contraatacaron en diversas direcciones tratando de romper el cerco, pero sus tanques se
movían desorientadamente, cual gigantescos monstruos, antediluvianos, y eran
sangrientamente rechazados por las unidades alemanas especializadas en lucha antitanque o
por las divisiones blindadas que se movían más diestramente, minuto a minuto controladas
por radio, operando con precisión de relojería. El campo de maniobra de los contingentes
bolcheviques copados, que inicialmente era un enorme triángulo de más de 300 kilómetros
por lado, iba estrechándose mortalmente...
En los aires se libraba otra gigantesca batalla. La Luftwaffe había organizado 2,800
aviones en tres flotas comandadas por Loehr, Kesselring y Keller. Al iniciarse las
hostilidades, numerosas escuadrillas (cada una de tres bombarderos, con personal
altamente especializado) se internaron en territorio ruso volando casi al ras del suelo y sin
cruzar ciudades, para atacar sorpresivamente los principales aeródromos en un radio de
300 kilómetros. Inmediatamente después de esos golpes destinados a crear confusión en las
bases aéreas enemigas, entraron en acción las grandes flotas.
Generales Loehr y Von Richthofen (izquierda y derecha) planean un
ataque a los aeódromos soviéticos.
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