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DERROTA MUNDIAL
presionaron al zar y se consumó la movilización. Alemania apoyó entonces a su aliada
Austria-Hungría y entró en guerra con Rusia. No obstante que la patria rusa libraba
entonces una lucha internacional, el movimiento revolucionario no cesó su propaganda
para debilitar las instituciones. Además, aprovechó la anormalidad de la situación y
proclamó que los obreros no tenían patria que defender, según la tesis marxista
(comunista) de que la idea de patria debe extirparse de las nuevas generaciones.
El gobierno ruso consideró que los judíos influían poderosamente en esta oposición al
régimen y ordenó nuevas medidas de coerción. Muchos que por nacimiento o
naturalización ostentaban las más diversas nacionalidades, e incluso la rusa, se habían
mezclado en el campo y en las fábricas y hacían cundir la agitación.
Poco después de iniciada la contienda, el diario ruso "Ruscoic Snamia" abogaba por las
más severas represalias contra los israelitas, a quienes se les achacaban los desórdenes
internos, y hasta llegó a alentar los "progroms". No obstante que el ambiente oficial era
propicio a estos extremismos, el régimen no quiso complicar más la situación, prohibió el
diario y mantuvo a raya el antisemitismo, aunque sin poder suprimirlo del todo.
En Suiza se encontraba entonces desterrado, junto con otros jefes judíos del
movimiento marxiste, Vladimir llitch (Lenin) y desde allí dirigía la agitación en la
retaguardia del ejército ruso que combatía contra Alemania. Sesenta y siete años después
de que dos hebreos —Marx y Engels— habían dado a la publicidad por primera vez el
manifiesto comunista, otros miembros de la misma raza luchaban denodadamente por
materializarlo en realidad política.
Junto con los judíos Apfelbaum y Ronsenfeíd (conocidos bajo los nombres rusos de
Zinovief y Kamenef), Lenin alentaba desde el destierro a los revolucionarios para que
contribuyeran a la derrota de Rusia en la guerra que sostenía contra Alemania y Austria.
En su periódico "Social Demócrata" del 27 de julio de 1915 daba la siguiente consigna:
"Los revolucionarios rusos deben contribuir prácticamente a la derrota de Rusia".
Proclamaba que esto abriría el camino a la revolución.
Pierre Charles, biógrafo de Lenin, afirma que en ese entonces "Lenin se entregó en
cuerpo y alma a su odio por todo patriotismo... Toda defensa de la Patria —decía— es
chauvinismo". Tanto fue así que los alemanes le permitieron pasar por Berlín para que se
internara subrepticiamente en Rusia y aun le ayudaron económicamente ya que su labor
debilitaba al ejército ruso. Así fue como Lenin pudo llegar a San Petersburgo, donde un
núcleo de 30,000 israelitas, acaudillados por Trotsky, habían organizado el cuartel general
del movimiento marxista revolucionario. Y desde ahí hizo circular esta proclama: "Es
necesario, sin demora, educar al pueblo y al ejército en el sentido derrotista. Soldados,
fraternizad en las trincheras con vuestros camaradas llamados enemigos”.
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