DERROTA MUNDIAL
régimen suavizó su política hacia los israelitas. Pero éstos inmediatamente, reforzaron su actividad revolucionaria y en 1905 organizaron motines más grandes que los anteriores. Entonces el zar Nicolás II se alarmó e hizo nuevas concesiones al conglomerado judío, pensando tal vez que así se restablecería el orden.
Con esto el marxismo cobró mayor brío. Inútilmente los zares habían querido evitar la agitación reprimiendo a los que directamente alentaban el descontento popular nacido inicialmente de la miseria pero Sin anular a los ocultos conspiradores, que eran los qué dirigían todo el movimiento para subvertir el orden. Además, poco hacía el régimen por aliviar la miseria misma y por destruir la forma capciosa y oropelesca en que explotaban esta circunstancia los agitadores marxistas.
Ante la sutil técnica de la conspiración marxista los zares fueron incapaces de una acción coordinada y firme para liquidarla. Frecuentemente titubearon y en ocasiones llegaron a concebir el absurdo de que los brotes de desorden podrían conjurarse mediante concesiones. Pero resulta que hacer concesiones a un adversario que busca la victoria total es sólo facilitarle su camino.
Lenin y algunos de sus colaboradores emigraron para ponerse a salvo de las redadas de revolucionarios que de tiempo en tiempo hacia el régimen zarista. Por eso en 1908 los israelitas Apfelbaum Zinovief, Rosenfeld Kamenef( cuñado de Trotsky) y Lenin se reunieron en París a planear una nueva etapa de agitación: " No es un azar que hayan ingresado a las huestes revolucionarias rusas tantos israelitas— dice Pierre Charles en " La Vida de Lenin "—. Por lo pronto, si se hace abstracción de las masas rusas, poco propicias para el reclutamiento de políticos, hay que reconocer que el porcentaje de judíos en Rusia no era tan exiguo como se decía. Y además, ¿ no era fatal que su febril actividad, contrastando con la población rusa, debía exagerar enormemente su papel en la revolución? Y su espíritu hereditariamente aguzado por el Talmud ¿ no debía sentirse cómodo en las controversias de las escuelas socialistas? En fin, los sufrimientos que les endurecieron bajo el régimen zarista los acercaban a su sueño de palingenesia social”.( Resurgimiento y hegemonía del pueblo judío). Uno de los métodos con que los revolucionarios hebreos trataron de ponerse a cubierto de la represión oficial fue tan sencillo como eficaz. En grupos más o menos numerosos se trasladaban a Estados Unidos, se nacionalizaban norteamericanos, regresaban a Rusia y hacían valer su nueva ciudadanía como hijos de una nación poderosa.
En esto eran ayudados por la numerosa colonia israelita radicada en Norteamérica, que en aquel entonces casi llegaba a tres millones y que influía ya en los círculos financieros y políticos.
" En San Petersburgo— dice Henry Ford en El Judío Internacional— llegó a haber 30,000 judíos de los cuales sólo 1,500 se ostentaban como tales ".
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