DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 20
Salvador Borrego
A la muerte de Alejandro III, en 1894, subió al trono Nicolás II. De tendencias
moderadas y escuchando las quejas de los israelitas, ordenó suavizar el trato que se les daba.
Ya para entonces el antisemitismo había cundido tanto en la masa del pueblo que no era
fácil extirparlo del todo. De origen ruso es la palabra "progrom", nombre que se dio a los
cruentos movimientos populares contra los judíos. De todas maneras, los israelitas
disfrutaron de más garantías y libertades. Por ese entonces corrosivas fórmulas ideológicas –
no nacidas en Rusia— volvieron a propagarse con renovado impulso para agitar a las masas
rusas. Una vez más iba a manifestarse en la historia el gigantesco poder de una idea cuando
se la utiliza en el terreno propicio y del modo adecuado. Esa idea era una mezcla de
nihilismo y de marxismo que inquietaba aún más a los proletarios.
Hablando de esa época, el historiador judío Simón Dubnow dice que: "El mismo año en
qué se fundó en Basilea la Organización Sionista, formose en Wilno una asociación socialista
secreta denominada Bund (1897). Desarrolló el Bund una propaganda revolucionaria entre
las masas judías en su lengua, el yidich, lo cual constituyó, en un principio, el único síntoma
nacional de ese partido...
Además del Bund nacieron partidos mixtos de sionistas y socialistas los Polae Sión y los
Sionistas Socialistas. Estos partidos libraron una lucha abierta contra el gobierno ruso,
particularmente en la revolución dé 1905. Los revolucionarios israelitas "participaron
''asimismo en los partidos socialistas rusos, en las manifestaciones estudiantiles, en las huelgas
obreras y en los actos terroristas contra los gobernantes". La renovada agitación degeneró en
graves disturbios obreros en 1899. El Partido Social Revolucionario tenía, una sección,
terrorista a cargo del sagaz judío Gershuni, cuyos agentes mataron al ministro ruso Sipyagin,
al gobernador Bogdanovich, al premier Plehye, al gran duque Sergey y al general
Dubrassov. El zar Nicolás II pensó qué había dado un paso en falso al suavizar el trato para
los israelitas y restableció algunas de las limitaciones que años antes les levantara. Numerosos
propaladores del marxismo, entre ellos él judío León Dayidovich Bronstein (posteriormente
conocido como León Trotsky) fueron deportados a Siberia. (Trotsky estaba casado con una
hija del financiero judío Giovotovsky). Las turbulencias parecieron amainar. Incluso surgió
una escisión entre los mismos agitadores; no en cuanto a su meta sino en cuanto a la mayor o
menor impetuosidad para alcanzarla. No era qué unos hebreos se lanzaran contra otros, sino
que diferían de opinión respecto a la táctica de lucha. Así surgieron los bolcheviques (los del
programa máximo) y los mencheviques (los del programa mínimo). Vladimir Ilich (Lenin) se
hizo líder de los primeros.
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Aunque la severa represión oficial alcanzó a muchos agitadores judíos que se movían
entre los trabajadores, dejó intacta la estructura secreta que gestaba la revolución. Creyendo
haber sido ya suficientemente severo, ó buscando una transacción con ellos, en 1904 el
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"Manual de Historia Judía". —Simón Dubnow. —Editorial Judaica.
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