DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 206
Salvador Borrego
velocidad muy reducida. En la superficie era una "cascara" vulnerable a cualquier cañonazo
o al bombardeo de un avión ligero.
En una de las primeras embestidas de submarinos en "manada" —llamada "la noche de
los cuchillos largos"—, participaron coordinadamente los ocho submarinos de los
comandantes Prien, Kretschmer, Schpeke, Fraunheim, Endrass, Bleichrdodt, Moehle y
Liebe. En una ¡ornada de dos noches de combate hundieron 38 grandes barcos con
325,000 toneladas. Fueron dos noches desastrosas para la marina británica.
El comandante Prien, que en Scapa Flow había hundido el acorazado Royal Oak, fue
el primero en rebasar las doscientas mil toneladas de barcos hundidos, después de un año
de combates, cosa que le valió las Hojas de Encino para la Cruz de Caballero. Vivía entre-
gado a su especialidad y decía que "un ejercicio de primera clase contra convoyes me gusta
más que la mejor licencia".
Aunque Inglaterra había endurecido y perfeccionado sus defensas, las pérdidas eran
tan altas que Churchill acudió a Roosevelt en demanda de más ayuda y éste le transfirió
cincuenta destructores, que inmediatamente fueron puestos en acción contra los
submarinos. Los combates entre sumergibles y grandes naves de guerra fueron haciéndose
más frecuentes. En una de ellas el U-99 del comandante Otto Kretschmer hundió a los
cruceros "Laurentic", de 18,000 toneladas, y "Patroclus", de 11,000. Kretschmer navegaba
sumergido de día y en la noche atacaba desde la superfici
El arma submarina alemana, que Inglaterra había creído poder abatir fácilmente,
estaba dando en esos días un rendimiento terrible. Doenitz reclamaba más y más naves
para aprovechar esa situación que podía ser transitoria, pero hasta fines de 1940 no pudo
disponer de más de 60 naves en acción. Italia había enviado 27 sumergibles para que
participaran en la batalla del Atlántico y Doenitz los recibió con grandes esperanzas y les
dio minucioso entrenamiento, pero luego se quedó grandemente sorprendido al ver que
en dos meses de recorrido los 27 submarinos sólo habían hundido un pequeño barco. Y
es que casi todos seguían la vieja táctica de sumergirse y esperar que la presa pasara
descuidada frente a ellos. Sólo los comandantes Cossato y Sazzana llegaron a dominar la
nueva táctica y a hundir 16 y 11 barcos, respectivamente.
LA LUCHA EN 1941. Aunque en enero y febrero del nuevo año el número de
submarinos en acción descendió a 6, la flota británica seguía batiéndose con graves
pérdidas y Churchill reclamaba más y más ayuda de Roosevelt. Este intervino
crecientemente en una guerra no declarada, en particular cuando Alemania se lanzó contra
la URSS. Sin embargo, durante todo 1941 Hitler mantuvo su orden de que los submarinos
no contestaran los actos bélicos de Roosevelt. (El historiador inglés Hinsley lo comprobó
así en los archivos alemanes capturados).
Durante marzo-y abril fueron hundidos doscientos barcos y se hizo más encarnizada
la Batalla del Atlántico. Los submarinos alemanes tenían nuevas bases en la costa
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