DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 178

Salvador Borrego «democrática» rendición incondicional, la horca y la dispersión de sus cenizas era el fin que le esperaba Tras la rendición, a Francia se le permitió conservar su flota y sus instituciones gubernamentales. Sus archivos, su historia, sus métodos escolares, sus relaciones diplomáticas, no fueron interferidos. Paradójicamente, en la desventura de su capitulación tuvo más que sentir de sus aliados que de sus vencedores. Por ejemplo, a medida que la batalla de Francia iba siendo ganada por los alemanes, la propaganda internacional fue forzando más sus métodos para desfigurar la verdad. Al iniciarse la ofensiva alemana el 10 de mayo, esa propaganda dijo que los nazis arrojaban paracaidistas disfrazados de sacerdotes y monjes y que sus éxitos se debían al increíble número de traidores y quintacolumnistas. Numerosas publicaciones militares francesas y el historiador británico Hart, niegan enfáticamente esos embustes. Cuando tales infundios fueron ya insostenibles y el avance alemán proseguía, la propaganda dijo que los nazis utilizaban 8,000 tanques y que superaban numéricamente a los franceses. La revista francesa «Illustration» y el teniente coronel De Cossé Brissac («La Campaña de Francia»), niegan rotundamente esa afirmación. Coincidiendo con los anteriores, la «Revue Historique de L'Armée», dice que el tanque francés «Somua» era más poderoso que el Panzer III de los alemanes, pero que éstos tuvieron «mejores planes de fuego, de maniobra y de transmisiones, y sus tripulantes iban imbuidos de mejor espíritu de lucha». Después de prolijas investigaciones históricas el capitán ingl és Liddell Hart confirma todo lo anterior y añade en su libro «La Defensa de Europa»: «No es cierto que Hitler obtuvo la victoria porque contaba con fuerzas abrumadoramente superiores. De hecho, Alemania no movilizó tantos hombres como sus oponentes... Lo que decidió la contienda fueron las rápidas embestidas de sólo 10 divisiones blindadas escogidas —el 8% del Ejército— antes de entrar en acción el grueso de las fuerzas. «Tampoco tenía el ejército alemán mucho mayor número de tanques que los aliados, como la gente creía en aquella época... Alemania empleó sólo 2,800 tanques en la fase inicial y decisiva de la invasión. Ahora bien, los empleó de la manera más provechosa posible». La división blindada (panzer) era una afinada amalgama de todas las armas. Su gran potencia de fuego, su extraordinaria movilidad, su cuidadosa coordinación mediante centenares de radiotransmisiones y el espíritu combativo de sus integrantes la hacían terriblemente eficaz para perforar defensas y penetrar hasta la retaguardia enemiga. Cada división blindada (participaron 10 en la ofensiva contra Francia) constaba de un regimiento acorazado de 220 tanques, un regimiento de fusileros motorizados, un batallón de motociclistas, un regimiento de artillería motorizada, un batallón acorazado de reconocimiento, un batallón antitanque, un batallón de ingenieros, un batallón de 178