DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 151

DERROTA MUNDIAL Pero muchas de estas debilidades del arma submarina habían sido contrarrestadas por el severo entrenamiento de las tripulaciones alemanas recién formadas por Doenitz. De noche navegaban en la superficie hasta aproximarse peligrosamente al enemigo y sólo recurrían a la inmersión profunda en casos de emergencia. El disparo de torpedos se hacía a no más de seiscientos metros de distancia. El tipo más usual de sumergible alemán en 1939 era el VII, de quinientas toneladas de desplazamiento, con 14 torpedos y capaz de navegar 6,200 millas y sumergirse en 20 segundos. La nueva flota submarina alemana había comenzado a ser construida 4 años antes por el veterano submarinista Doenitz y apenas tenía 57 naves. Este dato lo confirma Churchill. Dice Doenitz que el resultado de la contienda hubiera sido muy diferente de haber tenido 300 submarinos al empezar la guerra. Pero Hitler no contaba con una guerra contra la Gran Bretaña y fue hasta 1939, después de que fallaron sus frecuentes intentos de una amistad germano-británica, cuando ordenó producir más y mejores sumergibles, pero ya entonces se había perdido mucho tiempo. El vicealmirante Kurt Assmann refiere que todavía en la primavera de 1939 Hitler dijo al Alto Mando de la Marina que no cabía ni pensar en una guerra contra la Gran Bretaña. Igual cosa le dijo a Doenitz el 22 de julio cuando éste se quejaba de la escasez de submarinos. Cuando las hostilidades estallaron en septiembre con la guerra que Hitler no quería, la exigua flota de sumergibles fue lanzada a la lucha. Del total de 57, sólo 27 eran capaces de largos recorridos y de operar en acciones contra Inglaterra. Ahora bien, como por cada submarino en acción de guerra en el Atlántico había dos en «punto muerto» (ya sea de regreso a su base, reabasteciéndose o en camino hacia el campo de combate), solamente 9 sumergibles se hallaban diariamente en acción de guerra. Uno de los primeros triunfos de los submarinos alemanes ocurrió el 18 de septiembre de 1939, cuando el U-12 del capitán Schuhart maniobró durante dos horas para situarse favorablemente a través de la escolta enemiga y hundió al portaaviones «Courageous», de 22,000 toneladas, que era uno de los barcos capitanes de la Flota Británica. El U-12 fue perseguido durante seis horas y difícilmente logró escaparse a las cargas de profundidad descendiendo sesenta metros, no obstante que la resistencia teórica del submarino era para cincuenta metros. Otro golpe más espectacular ocurrió el 14 de octubre del mismo año en la fortificada base británica de Scapa FIow, corazón mismo de la Reina de los Mares. Un submarino alemán logró burlar las defensas y hundir al acorazado Royal Oak. Gunther Prien, de 31 años de edad, cauteloso y audaz comandante del submarino U- 47, había sido escogido por el Almirante Doenitz para realizar esa incursión, en la que el capitán Emsmann había muerto en la primera guerra mundial. Prien zarpó de Kiel el 8 de octubre. Varios mercantes enemigos fueron pasados por alto y la tripulación supuso entonces que se iba en busca de un «pez gordo». 151