DEMOLICIONES FILOSÓFICAS ARISTÓTELES. SANTA CLARA. | Page 16

Para Ortega y Gasset, Aristóteles representa la alternativa realista que da un papel predominante al objeto en el conocimiento, con una descripción pasiva de la sensación, frente al idealismo que se inaugura a partir del pensamiento cartesiano y que resalta el papel del sujeto. En definitiva, se entiende por realismo, en el pensamiento orteguiano, al conocimiento de la realidad en sí misma, tal como es, mientras que los idealistas distinguen entre lo que hay en nuestra mente de lo que pueda ser la realidad, llegando a dudar de la existencia de esta. Kant hace una distinción entre los noúmenos o cosa en sí y los fenómenos (cosa para sí) subrayando, frente a Aristóteles, que no podemos conocer la realidad tal como es, sino sólo aquello que llega a nuestras mentes y es sometido a la formas y categorías. De igual manera el conocimiento ha de ser conceptualizado en Aristóteles. Finalmente Ortega llega a considerar en “el tema de nuestro tiempo”, precisamente, la superación del idealismo y la superación de los dos polos como realidades necesarias y complementarias; el conocimiento tiene lugar se encuentras el sujeto y el objeto, el yo y la circunstancia. Y esto ocurre en la vida, que es el dato radical de universo. TEXTOS PARA COMENTAR. “Una constitución es el ordenamiento de las distintas magistraturas de un Estado y especialmente de aquella que es la suprema y lo es en el sentido de que es la autoridad mayor y la que todo lo rige” Política, III, 1278b 6-10. “Vemos que toda la ciudad es una comunidad y que toda comunidad está constituida en vista de algún bien, porque los hombres siempre actúan mirando a lo que les parece bueno; y si todas tienden a algún bien, es evidente que más que ninguna, y al bien más principal, la principal entre todas y que comprende todas las demás, a saber, la llamada ciudad y comunidad civil. No tienen razón, por tanto, los que creen que es lo mismo ser gobernante de una ciudad, rey, administrador de su casa o amo de sus esclavos, pensando que difieren entre sí por el mayor o menor número de subordinados, y no específicamente; que el que ejerce su autoridad sobre pocos es amo, el que ejerce sobre más, administrador de su casa, y el que sobre más aún gobernante o rey. Para ellos en nada difiere una casa grande de una ciudad pequeña, y en cuanto al gobernante y el rey, cuando la potestad es personal, el que ejerce es rey; y cuando, según las normas de la ciencia política, alternativamente manda y obedece, es gobernante. Pero esto no es verdad, como resultará claro considerando la cuestión según el método que nosotros seguimos; porque de la misma manera que en las demás ciencias es menester dividir lo compuesto hasta llegar a sus simples, pues éstos son las últimas partes del todo, así también considerando de qué elementos consta la ciudad veremos mejor en que difieren unas de otras las cosas dichas, y si es posible obtener algún resultado científico sobre cada una de ellas. Observando el desarrollo de las cosas desde su origen se obtendrá en esta cuestión, como en las demás, la visión más clara. En primer lugar se unen de modo necesario los que no pueden existir el uno sin el otro, como la hembra y el macho para la generación (y esto no en virtud de una decisión, sino de la misma manera que los demás animales y plantas, que de un modo natural aspiran a dejar tras sí otros semejantes), y el que por naturaleza manda y súbdito, para seguridad suya. En efecto el que es capaz de prever con la mente es naturalmente jefe y señor por naturaleza, y el que puede