sofá cama de la sala, y dormíamos y hacíamos el amor bajo
la mirada del Che.
Los problemas surgieron cuando los demás
pasaban rumbo a la cocina a mitad de la noche, o abrían
las cortinas muy temprano los fines de semana, que era
cuando teníamos casa llena. Marisa y su novio en turno
(siempre había alguien, aunque no todas las veces era el
mismo), dormían sobre el box spring, mientras que Paco
y su novia (que tampoco era siempre la misma), lo hacían
en el colchón tirado sobre el piso en la recámara. Por la
mañana, había que poner la cama en orden, y doblar el
sofá de la sala, porque de otro modo se hacía casi imposible
ir de un lado al otro. Al principio, me parecía increíble y
maravilloso que con un solo baño nos diéramos abasto;
que con el poco dinero que reuníamos, María pudiera
cocinar platillos suculentos para tanta gente, sobre todo
cuando el departamento de abajo se desocupó, y tuvieron
a bien mudarse unos amigos de Rafael, también actores,
que de inmediato se integraron a la familia y sólo se iban a
la hora de dormir, cuando ya habían comido hasta saciarse.
Lunes
7:00 am.
— Rafa, levántate. Hay qu H[