De las ciudades redondas a los anillos espaciales | Page 75
Antonio Pinto Renedo
En estas circunstancias, la depredación entre los
animales no es obligatoria, puesto que más bien es una
opción elegida por los mismos por simple comodidad,
sin embargo a causa de la selección natural se acaba
convirtiendo en necesidad al adaptarse a esta única
forma de subsistencia. En estas circunstancias, el hecho
de tener muchas crías es una respuesta de las presas pa-
ra evitar su extinción y no un capricho, de no existir la
depredación los animales tendrían que regular su nata-
lidad a un número menor. Esta es la razón por la que el
hombre, en la actualidad, se esté convirtiendo en una
amenaza para el resto de especies y para sí mismo por
su poca capacidad de autocrítica y su escasa capacidad
para poner freno a su explosión demográfica. No se tra-
ta de buscar más comida para dar de comer a más perso-
nas, sino que se consiste en tener el número justo de ha-
bitantes que el planeta está capacitado para soportar, pe-
ro sin negar a las especies animales y vegetales el espa-
cio que les corresponde. Para descomponer los animales
muertos, la naturaleza inventó las bacterias y otros
medios con los que asegurarse su reducción a los prin-
cipios químicos esenciales, aunque la depredación
también participa en ello.
DIFERENCIA ENTRE LOS ANIMALES
Y EL HOMBRE
Los animales igual que el hombre tienen un espí-
ritu y una cierta capacidad de inteligencia; sin embar-
go, su capacidad de inventiva es limitada y por eso son
distintos. Cada animal es como si representase una eta-
pa en el proceso de evolución biológica, solo el hombre
representa la cúspide en la que no hay nada más que lo
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