De las ciudades redondas a los anillos espaciales | Page 74

De las ciudades redondas a los anillos espaciales cuando se pueden construir cúpulas y ciudades protegi- das con su propia presión atmosférica. Lo lógico es bus- car primero las soluciones más prácticas y sencillas y luego las demás. No tiene sentido hacer que los demás planetas sean como la Tierra, hay que aceptarlos como son, pero creando ciudades e instalaciones apropiadas para el hombre. Por supuesto, solo los planetas deshabitados deben ser colonizados, pues solo una minoría de los mismos genera vida biológica. A estos mundos iniciadores de la vida orgánica podríamos denominarlos planetas ori- ginales y lógicamente habrá que respetarlos para que completen su propia evolución. En los mundos coloniales, tanto la comida como el oxígeno serían sintetizados artificialmente en el inte- rior de las ciudades y el hombre, de este modo, ya no ne- cesitará las plantas como intermediarias entre él y el medio mineral. LA COMPETENCIA ENTRE LOS ANIMALES Hay quien piensa que entre los animales solo existe el instinto y actúan de forma impulsiva, pero no hay que olvidar que dentro de cada animal existe un ce- rebro y una capacidad de raciocinio como el hombre. Los animales también pueden distinguir entre el bien y el mal y actuar de una forma egoísta, pero, a diferencia del hombre, no se plantean demasiado las cosas, las deciden con rapidez, aunque con conciencia de lo que hacen, no tienen capacidad de pensar, pero sí de razonar, utilizan lo que podría denominarse fase previa al pensamiento. 74