De la granja a la mesa De la granja a la mesa | Page 4

De acuerdo con el decreto 616 de 2006, la leche cruda de animales bovinos debe cumplir con siguientes características: las Se realiza un proceso de primer filtrado con el único objetivo de eliminar las partículas sólidas apreciables a simple vista. Seguido de esto, la leche se clarifica para realizar un filtrado de partículas orgánicas e inorgánicas más pequeñas como las células provenientes del tejido de la ubre, glóbulos blancos presentes en la leche, glóbulos rojos y otros restos de partículas pequeñas como los aglomerados de proteínas. La mayor o menor presencia de estas células en la leche es un indicativo de la calidad de la misma. Se realiza un conteo del número de células por mililitro de leche cruda. Si en la leche hay un número elevado de leucocitos (glóbulos blancos) es probable que haya una infección en el animal. Otro caso posible es la alta existencia de células de la piel y glóbulos rojos que añaden tonalidades rojas a la leche, síntoma característico de algún tipo de herida o llaga en las ubres o en el pezón. Los distintos gérmenes presentes en la leche pueden llegar a desencadenar procesos biológicos que acarreen una disminución de la calidad de la leche y un peligro para el consumidor final de productos lácteos elaborados. La leche se puede someter o no a un proceso de acondicionado térmico o termización cuyo fin es evitar el desarrollo y crecimiento de las bacterias y microorganismos que en ella se encuentran. En definitiva se trata de hacer de la leche un producto desinfectado totalmente, que no cause enfermedades cuando se realice su consumo por los seres humanos, por ejemplo, determinadas bacterias no pueden sobrevivir a temperaturas superiores a 85 ºC durante unos segundos. De igual forma, la variación del intervalo de pH, la presencia o ausencia de oxígeno, o