Cárol 15
Aunque en el bosque había frutos riquísimos y colmenas rebosantes , la pasión de Maka por la gastronomía exótica preparada rozaba la locura . Así pues , cuando propuso la mudanza , señaló asuntos de la vida moderna y ciertas comodidades , como la calefacción y el agua caliente , para convencer a su querido Lórrim de cuán positivo era irse a vivir a una casa de gigantes . Aquellos argumentos eran relativamente innecesarios , ya que él siempre le concedía sus caprichos de buen grado y con una sonrisa .
Desde que se habían instalado en su nuevo hogar , la vida estaba llena de estímulos desconocidos . Si bien a Lórrim le atraían bastante las máquinas de los grandotes , lo que de verdad resultaba alarmante era la facilidad con que Maka iba de un sitio a otro buscando novedades dulces con las que llenarse la panza . Lórrim creía que era una buena motivación para hacer ejercicio . En unos días la había visto correr y trepar más que en … La cantidad de tiempo que fuese , aunque claro , las cosas de los gigantes solían estar cerca de sus propietarios , lo que complicaba un poco el asunto .
Alguien podría haber dicho que coger lo que pertenecía a otros estaba muy feo , pero Maka y Lórrim eran diminutos y creían firmemente que lo que se llevaban apenas se notaba . En muchas ocasiones , tan solo se quedaban los insignificantes restos que luego iban a ser tirados , como por ejemplo las miguitas que caían sobre las superficies , aunque no siempre .
Otra cuestión que preocupaba a Lórrim eran las dimensiones del espacio . Los duendes tenían ojos minúsculos y veían a menos distancia que los gigantes , a no ser que poseyesen lentes de aumento o capacidades mágicas . Siempre vigilaba con mucha atención para que no los descubrieran , de forma casi inconsciente , sin llegar a sentirse nunca seguro del todo .
En el centro del jardín había una mesa y una silla de madera , muy sencillas y un poco destartaladas . Otras veces se