Paralelamente , y desentonando , contra el bueno de Malik , a la vez que le arrojaban toda clase de proyectiles ( plátanos , manzanas , aguacates …):
—¡ Renegao !¡ Judío ! ¡ Jamonófilo ! ¡ Malik , malato ! — y Malik abriendo los brazos , sin explicarse nada , como diciendo que qué pasaba allí .
Al rato , se arrodillaba , ponía los brazos en cruz , y manifestaba con voz llorosa , suplicante :
— Malik , amigo palestinos , amigo españoles y amigo de la morería y de la negrería ; amigo universal .
Con este último “ amigo ” acabó de joderla , porque , de inmediato , le replicaron : — Amigo de Israel … ¡ Judío , más que judío !
Como para volver a mi casa , igual que para salir de la calle en la que está situado mi domicilio , forzosamente tenía que pasar por la calle del locutorio Malik , de regreso aquel día de mi habitual y largo paseo matutino , a eso de las tres de la tarde , me encontré con Malik sentado en el suelo , la cabeza entre las manos , solo , lloroso , en medio de un escenario dantesco .
— No te preocupes , Malik ; yo te ayudo .
Quitamos exactamente treinta y ocho pegatinas en las que se señalaba la tierra que debería abarcar el Estado palestino , “ Del río hasta el mar ”, marcándose así implícitamente sus fronteras naturales : el río Jordán al este , y el mar Mediterráneo al oeste . Otros cincuenta y tres adhesivos con la forma y los colores de una sandía , fruto que contiene los mismos tonos que la enseña palestina . Nos juramos el uno al otro no volver a catar semejante cucurbitácea y echamos a rodar por la rampa de entrada al garaje aledaño al locutorio las veintidós que había en la tienda para vender . Desclavamos la bandera de que se trata ( la bandera espuria de quienes abrazan todas las causas por negocio o bandería — nunca mejor dicho — , a bandera por causa ), y , conscientes como somos del valor de los símbolos , la plegamos solemnemente y nos conjuramos para quemarla en secreto en cuanto se nos presentara la ocasión de hacer una barbacoa al aire libre , lejos del mundanal ruido , borrando así todas las huellas de las indignas manos que andan esgrimiéndola (“ En secreto , que no nos vea nadie , porque nos malinterpretarían ”).
— Pensarás , amigo — respiró Malik por fin —, que , tal y como se ha puesto la cosa , debería irme de aquí .
— Si soy egoísta , te diré que no te vayas ; no obstante , por tu bien , deberías irte .
— No me voy a ir ; no puedo irme . Mi familia es muy larga , y depende exclusivamente del dinero que yo les mando . Mi familia es pobre , no tiene propiedades , y en mi país no hay trabajo .
Qué mejor ocasión para preguntarle de qué país era , mas no quería averiguarlo . En mi apreciación , era pakistano , y , con permiso del aludido , a mí nadie me lo iba a quitar de la cabeza .
— Lo malo es que no solo tienes que mantener a tu familia , también a la de algunos necesitados a los que fías , a sabiendas de que nunca les vas a poder cobrar ; lo peor es que ,
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