sonidosparecían programados y sujetos a cadencia , los que procedían de la banda izquierda albergaban claras muestras de arritmia y sobresalto .
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Fue imposible conciliar el sueño entre el fragor de los ronquidos y el frenesí de los pensamientos desatados . Y así , en un momento de la larga vigilia , se hizo necesario descender de las habitaciones invadidas por la luna y recorrer otra vez las sendas repletas de hierba . La luna , lenta y presbítera , lo iluminaba todo . Al fulgor de aquel astro , el pueblo , en una primera impresión , parecía irreal . Pero observando con atención se percibían los sillares antiguos , los árboles desnudos , la verticalidad enaltecida . Un resplandor lleno de estaño definía los muros de la iglesia , la hiedra vehemente , el relieve de las armas , las zarzas extendidas .