Recibíamos invitaciones para visitar otras casas y cooperativas . Allí nos recibían con respeto , alimentos y sus mejores galas . En algunas de ellas nos quisieron hacer fiestas para agasajarnos . Juana me avisó de que aquella tarde harían una en una de las comunidades .
Yo no sé de donde sacaban la ropa , pero cuando había algo digno de celebrar la gente ( sobre todo las mujeres ) se engalanaba y se ponía muy guapa . Alquilaban un disco móvil que llegaba en un carro tirado por un par de caballos o mulas , sacaban refrescos y comida hecha por ellos y abrían unas cuantas garrafas de guaro . Sin luz eléctrica echaban mano de baterías y de pronto se iluminaban las luces de colores y sonaba la música . Enseguida me di cuenta que una de sus pasiones era bailar . Pero en el caso de los hombres también beber . Marta y yo hacíamos de anfitriones de la fiesta . Contrastábamos con el resto de la gente porque con diferencia éramos los peor vestidos de todos . Aún así , la gente se acercaba para platicar y darnos las gracias por nuestro proyecto de educación .
En una de estas se me acercó un hombre chaparrito ( no llegaría a metro y medio ) con una barba poco poblada , una gorra de Texaco y un machete colgado del cinto que abultaba casi más que él . Disculpe señor , pero quería hablarle de un español a quien respeto y tengo admiración … me dijo aquel hombre con voz pastosa y un leve movimiento pendular . Era obvio que había bebido . Aún así intenté mostrar interés por la conversación . Para mi sorpresa aquel campesino que vivía en una casa sin luz eléctrica a más de ocho mil kilómetros de España comenzó a hablarme de Camilo Sesto . Lo hizo de carrerilla . “ Camilo Sesto Blanes nació el 16 de septiembre de 1946 en Alcoy …” Durante los siguientes minutos aquel campesino chaparrito me estuvo contando la vida de Camilo Sesto y me fue enumerando uno por uno todos sus discos . Escuché con esfuerzo todo su balbuceante discurso , hasta que hizo un silencio y clavando su mirada intensa sobre mis ojos me preguntó : ¿ Y a usted le gusta Camilo Sesto ? Creo que no debí ser tan sincero , porque después de decirle “ No , absolutamente nada ” el tipo sacó con rapidez su machete del cinto . Por fortuna para mí , varios hombres se abalanzaron sobre él y le desarmaron . No voy a negar que pasé miedo , de hecho , hoy todavía cada vez que escucho a Camilo Sesto me entra tembleque .
Cogí tanto cariño a aquella familia que el día de mi despedida acabamos todos llorando . Consideré a Juana durante los siguientes años como mi segunda madre y a los niños como mis hermanos . Siempre que tuvimos ocasión nos enviamos correspondencia aprovechando los viajes de gente que iba y venía . A Juana le escribía las cartas Xiomara , una hija mayor que estaba en el proyecto de estudiantes y que años después viajó a España . Vi a Juana en una videoconferencia hace unos pocos años . Está mayor , pero sigue siendo una mujer poderosa llena de energía .
Tengo aún recuerdos muy vivos de aquel mes pasado en Nicaragua . En mi historia vital hay un antes y un después tras aquel viaje . Recibí mucho más de lo que di y mi concepción del mundo cambió . Aquella gente que prácticamente no tenía nada y que vivía de lo poco que daba la tierra exponiéndose a pasar hambre cuando había sequías o lluvias torrenciales , era más feliz que la mayoría de la gente que conocía en una España llena de comodidades y oportunidades . Me di cuenta de que yo vivía en un país donde todos se quejaban de todo . Allí sin embargo eran capaces de disfrutar sin tener nada .
También me di cuenta de que aquella era una sociedad muy injusta . Con una riqueza mal repartida donde unos pocos acaparaban la mayoría de los bienes a costa del trabajo de los demás . Como otros tantos países del entorno y de medio mundo me imagino . Un país donde el analfabetismo y las carencias educativas prometían perpetuar esta injusticia social si nadie lo remediaba . Y para intentar evitar esto fuimos nosotros . Aquellos primeros viajes fueron el germen de Malinche . Malinche es el nombre de la ONG a la que pertenezco desde
Página 34