Culdbura18 invierno 2022 | Page 31

equino y sumergido en el barro . Mi cadáver tendría que ser repatriado a España y crearía además de mi muerte un problema añadido a mi familia . ¡ Bravo Lino ! No se puede ser más gilipollas . Porque hay que ser gilipollas para recorrer 8.500 kilómetros y morirse bajo las patas de un caballo . A quien se le ocurre …
El caso es que en contra de mis pronósticos no morí aquel día . No se cómo lo logré , pero llegué sano y salvo hasta la casa . Allí en la oscuridad de la noche me esperaban cinco siluetas . Dos grandes y tres más pequeñas .
Poco pude ver aquella noche . Intuí que la casa estaba aislada en medio de la nada . Era una casa pequeña , entera de madera y con periódicos en las paredes para tapar los huecos que dejaban las tablas . Tenía una cocina , un salón más o menos amplio y una estancia donde dormirían en el mes en el que iba a vivir con ellos Juana , Carlos ( Chale para los amigos ) y sus hijos Carla de 11 años , Carlos de 7 y Lázaro de 5 . Aquella iba a ser mi familia con la que iba a vivir en las próximas semanas .
La casa , como la mayoría de las de la Cooperativa Pedro Joaquín Chamorro donde estaba ubicada , no tenía ni luz ni agua . Ni tan siquiera una letrina para poder hacer nuestras necesidades . Por la noche se iluminaban con candiles . Y aquella noche de mi llegada tuve una sensación entre mágica y misteriosa al ver sus siluetas iluminadas por la llama del candil .
Nos saludamos brevemente . Creo que cené algo , más bien poco y me explicaron que yo dormiría solo en el salón en una tijera , que venía a ser un par de palos cruzados con una lona en medio . Yo estaba terriblemente cansado . Muchas horas de viaje , cambio horario , cambio de clima , mi aventura a lomos del caballo … En fin , saqué mi saco sábana de la mochila me dispuse a dormir .
A oscuras y ya tumbado sobre la tijera se me ocurrió la brillante idea de rastrear la estancia con mi linterna . Y fue entonces cuando la vi . Frente a mi en medio de la pared , estática y quizás esperando una buena presa para zamparse había una araña . No una araña cualquiera . La araña más grande que había visto hasta entonces . Más o menos del tamaño de mi mano . Una sensación de pánico me recorrió el cuerpo desde los pies hasta la cabeza . La casa estaba en silencio y por nada del mundo quería despertar y molestar a la familia en mi primera noche con ellos . Apagué la luz . Traté de concentrarme en otra cosa y olvidar lo que había visto . Pero no había manera . Volvía de vez en cuando a encender la linterna y comprobar que aquello no era una alucinación ni un mal sueño . ¿ Pero podía haber algo peor que ver aquella araña sobre la pared ? Sí . No verla . Porque en una de esas batidas que hice con la linterna pude comprobar que la araña ya no estaba allí . El pánico aumentó de grado . Si hasta entonces tenía localizada a la araña , ahora mi pensamiento era que podía estar en cualquier lado . Empecé a notarla en mi saco , rozando mis piernas , junto a mi cabeza … En todos los lados . Agotado y muerto de miedo me acabé quedando dormido .
Amanece en mi primer día en Nicaragua . Noto que la familia anda sigilosa para no despertarme . Me despierto y al fin veo sus caras . Chale es alto , de cuerpo atlético y con bigote . Juana es menuda , morena y con una melena larga casi hasta la cintura . Ambos aparentan unos 40 años . Puede que Chale sea mayor . Carla o Carlita es una muchacha preciosa , tiene una sonrisa dulce y un andar ligero , como que estuviera flotando en el aire . Lázaro tiene pinta de chico listo y travieso y el pequeño Lázaro es risueño y le faltan unos cuantos dientes . La familia se reúne a mi alrededor mientras me despierto . Me miran con curiosidad porque tampoco ellos pudieron verme bien la noche de mi llegada . Noto que a los niños les parezco un bicho raro . Juana le dice a Carlita que vaya a prepararme el desayuno .

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