Culdbura18 invierno 2022 | Page 156

se escupe un chicle ( también incívicamente , por cierto ). Dos años oyendo hablar de las vacunas . El inaugural , sin ellas , esperando fervientemente a que se materializaran ; el segundo , una vez desarrolladas , aprobadas por los organismos competentes y puestas en el mercado , compradas por los gobiernos y pinchadas por los sistemas sanitarios correspondientes , flipando de gusto durante los primero meses por los buenos resultados que expertos y sabihondos les auguraban ( haciendo caso omiso de los efectos secundarios , pocos y no siempre irreversibles ), incluida la inefable Margarita , que , después de haber dicho que no iban a servir sino para disimular los síntomas , se despachaba con que las vacunas iban a salvar miles de vidas , al haber demostrado que eran seguras y eficaces ; flipando también , pero de asombro , a partir de mediados de año , cuando la realidad estadística comenzó a señalar la pérdida de eficacia de los sueros en caída casi vertical a partir de la cuarta o quinta semana de ser inoculados ; no obstante ― se aseveraba ― disminuían la gravedad de la infección y el número de muertes . Por eso , así como la quinta ola , con el 50 % de la población inyectada , se achacó al otro 50 %, la sexta , con la mayor parte de la población pasada por agujas , se estaba achacando a que el tiempo transcurrido había minorado la efectividad de los sueros ; de ahí que se hubiera decidido poner una tercera dosis a los mayores de 60 años y a los inmunodeprimidos , y , a la semana , también a los mayores de 40 y , al final , seguro que a la totalidad de la población . Y siempre igual , y siempre lo mismo .
¡ Basta ya de crónicas repetitivas ! ¡ Basta de expertos que merecerían estar pinchados en un espeto , como sardinas malagueñas ! ¡ Basta de políticos que , rodeados de expertos y asesores , las ven venir cuando ya han pasado ! ¡ Basta de esa gente que , azuzando a los pobres contra los ricos , buscan a costa de aquellos vivir como estos ! ¡ A la mierda ! El menos tonto de todos , el menos malo de todos , el menos hijo de puta de todo el panorama sociológico , el virus . Cada vez está más claro . ( La tercera persona se sorprende a sí misma hablando en presente ). El único que no había mentido , el virus . Todos los demás lo habían hecho con descaro ( o habían postulado desde la ignorancia , que es peor ), ante todo los científicos (?) y autoridades , y , especialmente , en lo atinente a las vacunas . Eran eficaces , creaban inmunidad … ¡ Mentira ! La eficacia de las vacunas es aquella que , por arte de birlibirloque , les han atribuido las estadísticas , que siguen erre que erre , no tanto como al principio , en que daban a tales medicamentos el pleno de eficacia ( garantizaban que el individuo vacunado no se iba a contagiar ni , lógicamente , iba a transmitir la enfermedad ), y como en una etapa intermedia , en que ya se admitía que no eran infalibles ( los individuos vacunados podían contagiarse y , además , transmitir la infección ), pero aún le otorgaban una eficacia probada para evitar muertes y la saturación de hospitales y ucis . ¡ Ah ! Un servidor (¿ un servidor ? ¿ Estaba empezando a hablar en yo mí me conmigo ?)… Un servidor no se cree nada ( en primera persona y en presente de indicativo ) de toda esta literatura fantástica . El sentido común me dice que no hay tal eficacia , inmunidad la llaman . Pero ¿ qué inmunidad ? “ Inmunidad ”, según el diccionario de la RAE , en su acepción 1 , significa “ cualidad de inmune ”. El mismo diccionario define “ inmune ” como “ no atacable por ciertas enfermedades ”.
Para los científicos , en cambio , esos términos no parecen expresar tales hechos , o no exactamente . Los científicos utilizan el lenguaje de una manera sui géneris . Véase el caso de la palabra “ huésped ”. El común de los mortales nos referimos con ese término a la “ persona que se aloja en casa ajena ”. Pues la ciencia , la Biología entiende que el huésped es el dueño de la casa y no el hospedado ; esto es , lo opuesto .
Digresiones aparte , parece claro , así me lo dicta el sentido común , la poca razón que me queda después de dos años sometido a esta tortura de sentirme acechado por un virus y engañado por quienes , supuestamente , tendrían que haber velado por mi salud y la de todos los mortales ; parece claro , sí , que las vacunas no funcionan ( soy consciente de que me estoy repitiendo ; pero todo sea por que esta tesis quede grabada en letras indelebles ). Y no soy negacionista ( no niego ni la enfermedad ni la vacuna ): me he

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