Culdbura18 invierno 2022 | Page 104

vertir el fuego en granizo … fue todo uno . ¿ Acaso no era el novio ? Sí , ¡ pero el último novio , o sea , el anterior ! Elegantemente vestido , con ropa de marca , repeinado , presumiendo de guapura hasta la coronilla , allí estaba él plantado .
―¡ Nooo ! ― e intentó cerrar la puerta de golpe , angustiada .
Pelearon brevemente con la puerta de las sorpresas .
―¡ Te dije que o mía o de nadie ! ― gritó exaltado y triunfante ―. ¿ Para quién te has vestido así ? ¿ Quién te ha pagado esa ropa , furcia ? ― la puerta cedió a su fuerza y entró .
Solo le miraba a ella , su cara asustada , su cuerpo deseado . Todo le volvía loco .
―¡ Sal de esta casa si no quieres arrepentirte ! ― escuchó , pero no vio a nadie excepto a Zulima , pues el cuerpo de Zulima bloqueaba la vista del pasillo .
―¿ Ahora eres ventrílocua ? ― rió anonadado y divertido el dandy ―. Jajaja . ¡ Casi me engañas , zorra !
―¡ Gilipollas , te estoy apuntando con un arma ! ― enfadada amenazó doña Eloísa .
―¡ Eres buena ! ¡ Eres buenísima ! ¡ Y estás más buena que nunca , cari !
―¿ Qué no la llames cari , gilipollas , que ya no es tu cari ! ― explotó enfadada doña Eloísa y con retintín .
―¡ Largo ! ― por fin habló Zulima ―. No tengo más que decir .
El novio , bueno , el penúltimo novio , no el actual sino el anterior , claro , sacó una navaja de doble filo , de 15 cm . Se oyó el chasquido de su apertura . Zulima entendió las palabras de la gitana y del pasado , y los celos , el rencor del despecho e incluso el odio del ex novio presente . Reculó … y echó a correr . Al llegar donde los cadáveres dio un salto ; pero el novio , que no los había visto por la sencilla razón de que solo tenía ojos para ella y buscando venganza iba ciego en su carrera detrás de ella , tropezó cuando alargaba la mano ― la otra la llevaba ocupada , no olvidarlo ― para agarrarla , ya ufano de agarrar a la presa . Al chocar sus pies con algo , miró hacia abajo para identificar y sortear el obstáculo ; pero no pudo evitar ver dos cadáveres más un tercero que parecía ocultar al segundo .
―¡ Hija de …!
No pudo terminar la frase pues al levantar la vista para no perder la dirección de Zulima , de su huida , fue cortado por un …
― De hijade , nada ; tú eres el hijode , ¡ gilipollas ! ― contestaba , muy crecida una anciana .
Mirando caído desde el suelo , no se lo podía creer : una vieja sentada en una silla de ruedas le estaba amenazando con una pistola . Zulima ahora se encontraba detrás de ella sosteniendo las manos de la anciana para que no temblase o para que no fallase . Rió histéricamente como que la amenaza no fuese con él ni de ellas .
―¡ Abuelita ! ― y se puso tontamente cantarín ―. Zulima y su abuelita van a ser comidas por este loobooo ― y movía la albaceteña como si fuesen los dientes ―. ¡ Ñam ― ñam … una abuelita ! Jejeje . ¡ Ñam ― ñam … ¡ Mi Zulimita ! Jijiji .
Y fue lo último que se le oyó dejando una mueca de idiota para la posteridad . Del susto y del retroceso del arma , Zulima cayó atrás , al suelo .
―¡ Tranquila hija ! Si nos van a inculpar de algo , da lo mismo que lo mismo da cuatro que cinco .
En el suelo , Zuli comenzó a llorar desconsoladamente .
― Nunca me casaré , doña Eloísa . Mi vida está en el huracán de un mal de ojo … ― desconsoladamente lloraba .
―¿ Lo dices por este imbécil ? Agradece que te lo haya quitado de encima . ¿ Con este

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