de gritar . Anda , trae la sábana grande del armario de mi cuarto ― le dijo sin perder de vista al sobrino , que seguía con la pistola atascada en el bolsillo de la mano derecha ―. Además , ¿ para qué vamos a llamar ? ¿ Para que encima lleguen tarde y nos acusen de no haber avisado a tiempo ? ¡ Quiá , quiá ! Déjale un poquito más ahí tumbado que todo tiene arreglo …
― Menos la muerte , doña Eloísa …
― Es verdad , hija , menos la muerte ― reflexionó ―. Venga , démosle un poquito más de tiempo aquí junto a nosotras para que no sufra la muerte en soledad , que dicen que es muy triste ― dijo todo no muy pesarosa pero convencida , sin pestañear .
―¡ Pero es un ser humano , doña Eloísa ! ― se escandalizó Zuli .
―¡ Sí , humano e inútil ! Solo sabe jugar al bingo , a la ruleta y seguir la vida y obra del Messi ese de las pelotas !
―¡ Doña Eloísa , compórtese ! ¡ No diga esas cosas ! ― le corrigió escandalizada .
― Tienes razón , hija , pero es que hablar de fútbol y de inútiles derrochadores es todo uno , me pone de los nervios y pierdo la cabeza . ¡ Ale , busca la sábana , que no vamos a tirar todas las alfombras de la casa con estos invitados inesperados !
―¿ No sería conveniente que antes de que muriera le quitase el arma , no se le dispare otra vez ?
― No te preocupes , así sufriría menos . No tendrá esa suerte , no …
No lograba el sobrino sacar el arma del bolsillo de la chaqueta para apuntar bien . Cuando por fin lo logró no estaba dispuesto a morir sin haber acabado antes con aquella vieja egoísta , como la llamaba ante sus deudores .
Disparó .
―¡ Aaah ! ― chilló Zulima , que se había vuelto por la sábana , del susto y sin pensarlo dos veces le dio tal patada en la cabeza , con toda su fuerza , como una auténtica karateka ― pensó doña Eloísa ―, que ya no supieron si estaba desvanecido del golpe o si de esta forma había acabado con sus funciones vitales .
―¡ Anda , hija , que es para hoy y tú ibas a salir ! Trae la sábana santa , la naranja de la habitación roja , la del segundo cajón del comodín .
Hoy va de doses ― pensó Zulima , pero luego se corrigió ―. No hay dos sin tres ― y rió . Pero luego Zuli recordó que en las películas el malo siempre moría dos veces , es decir : el sobrino al principio parecía muerto , pero no lo estaba y esto le daba ventaja de poder matar a alguien más , normalmente en las películas nunca al protagonista , pero sí a la novia , o a la mujer o a alguien muy querido del héroe , que en este caso ― y eso no le gustó nada ― tendría que ser ella . Así que , como ya tenía una sandalia manchada de sangre , le dio un pisotón en la mano amenazadora del muerto dos , por primera vez y definitivamente muerto ― al menos eso creía . Luego , la cogió sin miedo entre dos dedos , por el gatillo , tal como le dijo doña Eloísa .
―¡ Casi me da , el muy cretino ! ―¡ Doña Eloísa ! ― dijo Zulima asustada . ―¿ Quéee ?
― La bala ha ido a incrustarse en la frente del abuelo en el cuadro .
―¡ Vaya ! Así ya van tres , aunque el último lo sea en efigie . Ale , haz lo que te he pedido , por favor , que no vamos a estar así acompañadas toda la mañana andándonos con contemplaciones .
Fuese la fiel Zuli en busca de la sábana santa pues aunque musulmana conocía la leyenda de la muerte de Jesús de Nazaret , aunque estos dejan más rastro de sangre ― pensó .
Al darse cuenta que una de las sandalias , la que estrelló contra la mandíbula del
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