Son los niños los que dan comienzo al movimiento con sencillas onomatopeyas y el coro de mujeres , el que anuncia el perdón de San Pedro , como diciéndole : No te preocupes , somos tan pequeños los humanos , son tan minúsculas nuestras penas que tampoco nuestra culpa puede ser mucho mayor .
La Cabaña que utilizó Mahler en Steinbach a las orillas del lago Attersee para componer durante algunos veranos .
Y esa alegría , a golpe de tambor , bim , bam , deja paso a Jesús en la última cena , cuando , a través del coro , pregunta a San Pedro qué le pasa . Aquí se produce un cambio de guion característico de la literatura popular que no se atiene al canon , ni siquiera cuando el canon es el evangelio . Sí , Jesús le pregunta a San Pedro por su culpa antes de que se produzca . Y San Pedro , al revés de lo que ocurre en el evangelio cuando en el huerto de los olivos presume de su valentía , aquí ya está lleno de dolor y dice que ha roto los diez mandamientos ( era un poco tremendo el buen apóstol ). San Pedro , otra vez encarnado por una contralto ( y no creo que sea casualidad ), se deshace en lágrimas , y la música se torna más lúgubre , asistiendo a un tutti con esas asperezas tan características de Mahler ; pero las mujeres y los niños le responden que no se preocupe , que Jesús ya le ha perdonado .
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Y que todos podremos vivir dichosos en la ciudad celestial . Es decir , que nuestras culpas quedarán borradas , que , acaso , como conjeturaban Pedro Damián y Borges , nunca fueron más que un mal sueño . De esta manera , huyendo de sofisticaciones y de lamentos , resulta que Dios nos ha perdonado , que , siendo como somos débiles criaturillas , es mejor estar alegres . Los niños , ajenos a la culpa , acaso dibujen estas palabras : “ No te preocupes , quizá no llegaste a pecar , o si lo hiciste , no tenías culpa , y si la tenías , no era tan terrible . La vida es un juego , solo los adultos llegáis a tomaros el mundo en serio . Pero os confundís , el mundo solo es un juego inocente y despreocupado ”.