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Ya no hay remedio , como tantas veces en la vida . El tiempo de la decisión ha expirado . Ya solo queda el recuerdo . Y el recuerdo , en su impotencia , quema . Por eso San Pedro acaso piensa : “ Ten piedad de mí , porque yo sufro y de alguna manera sufriré siempre . No importa que después sea la cabeza visible de la iglesia , no importa que esté por toda la eternidad con los santos . He pecado , tened piedad de mí , pues mi dolor no tiene fin y es inabarcable ”.
Las lágrimas de San Pedro , cuadro de El Greco que se encuentra en el museo Soumaya de Ciudad de México .
Rilke cuando estuvo en Toledo conoció y admiró la obra de El Greco .

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El tema de la búsqueda del perdón acoge algunas de las páginas más profundas de la literatura . Eso nos lleva a Lord Jim , novela que , por esos azares de lo humano , fue publicada por entregas entre el año 1899 y el 1900 , como si el gozne de los siglos removiese las conciencias en partes bien alejadas del mundo . El polaco Conrad , que buscó cobijo en la lengua inglesa ( tan distinta de la alemana , aunque compartan tantas cosas ), recala en el horror de la culpa que ya nos había presentado Bach . Lord Jim , como San Pedro , un hombre bueno , tiene que arrastrar a lo largo de la novela su culpa terrible . Sí , él dejó a su suerte a todos los peregrinos que se creían seguros bajo su protección , cuando el mar embravecido no dejaba alternativa . Pero no importa que no hubiese alternativa ni que los peregrinos , al final , fueran rescatados por otro barco ; el mal estaba ya hecho y era , como la negación de San Pedro , irrevocable . Lord Jim dedica toda su vida a la redención imposible , pues no podía hacer otra cosa . Su dolor , como el de San Pedro , no podía cicatrizar , era , para siempre , incurable .
Nuestras vidas se van llenando de esas heridas que se graban en el fondo del alma , esas heridas siempre abiertas con las que hay que convivir y de las que ni siquiera la música puede rescatarnos . Claro que , si bien se mira , el hombre con sus débiles fuerzas apenas puede cargar con lo que ya está hecho , con lo irremediable , pero quizá Dios , el mismo