Cuidados en juego- Nivel primaria nivel_primario_cuidados_en_juego | Page 12

Los adultos de la institución que se disponen al vínculo, que ofrecen su presencia, acom- pañamiento, sostén, límites, saberes, escucha, están haciendo de la escuela un espacio preventivo. Todos podemos vincularnos desde esta posición: los educadores, los directivos, los no docentes, el personal administrativo, el personal de maestranza. Todos tenemos algo que aportar desde nuestro rol. Pensar, enseñar y acompañar en clave de lógica de cuidado es confiar en que el otro es portador de saber y tiene la capacidad de aprender, dándole valor a su palabra, respetando sus tiempos y sus procesos singulares. Los adultos ofrecen sentidos y son prestadores de identidad para los niños, niñas y adolescentes, a la vez que se constituyen en interlocutores válidos para hablar de consumo y promover el cuidado y la salud. Al cuidar a un niño lo estamos haciendo visible, lo estamos habilitando como sujeto. En el caso de adolescentes y jóvenes, el rol del adulto supone además hacer lugar a una confrontación desde el afecto y el diálogo, que permita la constitución subjetiva, convertirse a la vez en “punto de apoyo y confrontación” 8 . Puertas abiertas a la comunidad: Para que las prácticas de cuidado sean potenciadas y la tarea pueda llevarse adelante con menos frustraciones es necesario ampliar la participación del resto de la comunidad; si esta responsabilidad está distribuida en la sociedad en su conjunto, la tarea es más simple. El Estado es el responsable de garantizar la protección de derechos de los niños a través de sus diferentes instituciones y programas, por eso pensamos en una escuela con sus puertas abiertas al resto de la comunidad, buscando establecer intercambios permanentes y recíprocos con la salita del barrio, con los organismos de protección de derechos locales y con los dis- tintos organismos de servicios sociales. A su vez es fundamental pensar el trabajo junto a las familias y el contexto en el que la escuela se encuentra inserta, para ampliar la mirada y la escucha a los atravesamientos que suceden cotidianamente. Propuesta curricular: La propuesta curricular permite a la escuela el abordaje de contenidos y la posibilidad de hacer recortes hacia problemáticas propias de los contextos escolares que convoquen e interpelen a los y las estudiantes dinamizando así la circulación de los saberes. Se parte de los Lineamientos Curriculares para la Prevención de las Adicciones para abordarlo en los diferentes niveles. Como explicamos a lo largo del material, se trata de visibilizar, fortalecer y profundizar prácticas institucionales de cuidado que la escuela ya viene desarrollando habi- tualmente. Se propone cuestionar la cultura del consumo en un sentido amplio, interpelarla, para crear alternativas más saludables que introduzcan un quiebre a las propuestas estanda- rizadas. Es fundamental pensar un abordaje integral de los contenidos sobre los consumos basado en la inclusión de todos y todas, desde el cual aportar sentidos y desafíos en el aula. Proyectos integrales preventivos: Es importante que la institución en su conjunto cuente con espacios para plantear y realizar acciones pedagógicas con un sentido preventivo. Para esto, es necesario que toda la comu- nidad educativa participe en la elaboración de un diagnóstico inicial en el que puedan explorarse cuáles son las necesidades y preocupaciones que se perciben como emergentes para trabajar de manera formal y sostenida en el tiempo a través de un Proyecto integral Preventivo. Es fundamental que estos proyectos puedan pensarse de manera transversal a las distintas áreas curriculares, de forma interdisciplinaria y que cuenten con diferentes actores de la comunidad educativa dispuestos a pensar en conjunto la prevención. Y, fundamentalmente, que el proyecto integral preventivo se inscriba en el Proyecto Institucional. Recomendamos 12 8 Kantor, D. Variaciones para educar adolescentes y jóvenes, Del Estante, Buenos Aires, 2008. P. 71.