Cuentos policiales 6to B | Page 23

como él, que nunca comete un error en un caso para que resuelva un crimen que ella misma había cometido.

-¿En serio?- se quejó el detective. -¿Para eso me interrumpe? ¿No sabe sacar tus propias conclusiones? Ah, no, ¡claro! Porque usted no tiene un CI de 133 como yo, así que te lo voy a tener que explicar.

Ella me llamó, porque si no me llamaba era mucho más evidente que quería esconder algo, y pensó que podía engañarme diciéndome que nació en los cincuentas, pero eso es una mentira. Ella nació en los ochentas, era joven, pero contrató al mejor maquillador de esta ciudad, me enteré de esto mientras revisaba los papeles de todas y cada una de sus compras de este mes, y había adquirido el puesto hacía poco, así que nunca se imaginó que yo sospecharía de ella. Nunca pensó que yo le iba a pedir sus datos, un poco tonta, porque un detective tan bueno como yo siempre pide los datos de todas las personas que podrían llegar a ser culpables y, por si te importa, descubrí que a ella le interesaban los ojos porque nació ciega y debió someterse a una operación de córnea.

– Ahhh, balbuceó el ayudante… ahora entiendo. Usted, Morg; es completamente brillante!

-Sí, ya lo sé, hijo, no tiene que mencionarlo, ya me lo dijeron muchas personas, pero acepto igual tu cumplido.

Máximum puso mala cara mientras continuaba clasificando su sangre en tubitos de ensayo con etiquetas y Morgard siguió escribiendo en su libreta.

FIN -----> A no ser...