-¿Dónde estabas el Lunes entre la 01:00 a.m. y las 04:00 a.m.?
-Pues estaba durmiendo, yo trabajo temprano, soy jardinero.- dijo El “ex-amigo”.
-¿Y de dónde conoces a Pedro Joran?
-¡¿Pedrito?! Mi amigo…era el novio de mi prima, pero ella falleció en el mismo accidente en el que perdí mi pierna.
Después de hacerle varias preguntas descubrí que no tenía razones y su coartada, era muy firme. Luego fuimos en busca de pistas al museo. Pudimos registrar todo, exceptuando el cuarto de limpieza, que estaba cerrado con varios candados, cosa que nos llamó mucho la atención. ¿Cómo un cuarto de tan poca importancia podía estar tan celosamente cerrado?
Fuimos rápidamente a la casa de Simpson a interrogarlo por este tema, y su esposa, con un niño en brazos, dijo que estaba pasando unos días en el campo. Decidimos volver al museo a por más pistas y luego de revisar todo minuciosamente y ya casi desalentados, encontramos en un tacho de basura una nota que decía:
“Esperame en el campo de mi familia, tengo algo muy importante que darte”.
Y si bien la carta no estaba firmada, supuse que el escritor de la nota era Simpson.
Dimos aviso a la policía y nos dirigimos enseguida a ese campo. Pero ya era tarde. No tardamos en ver que Joran yacía en un charco de sangre en el patio trasero. Ya no me quedaban dudas de que el culpable era Robert Simpson. Al rato fue atrapado y confesó el móvil de su crimen: “Joran había descubierto un túnel que cavaba Simpson en su cuarto de limpieza…”. Enseguida nos dimos cuenta de la razón de la puerta cerrada celosamente. “…Que conducía a una caja fuerte con piezas antiguas de gran valor”.
-Entonces, Simpson ¿Dices que tú fuiste el asesino de Joran?- Dije con esperanzas de haber resuelto otro caso.
-Lamento mis palabras, pero sí, yo lo hice. Descubrió mis planes, y me vi obligado a matarlo.
Volvimos a la seccional para el informe, jamás olvidaré ese día, todos nos esperaban felices de la justicia para festejar. Simpson, obtuvo prisión perpetua.