Apenas terminé de hablar una policía salió corriendo y volvió con lo que había pedido.
¡Sí! Yo estaba en lo correcto. Mientras que Sumer no usaba aretes, Carmen sí, y eran como el que tenía en mis manos. Liberaron a Sumer y pedí el domicilio de Carmen. Llegamos a su casa en treinta minutos. Toqué el timbre y nos abrió una pequeña de como siete años, con piel morena y pelo castaño, que nos invitó a pasar. Cuando nos acomodamos, ella dijo: <<La señora llegará en un momento>>. Entonces deduje que seguramente era la hija de alguna de las criadas.
Esperamos como una hora y Carmen no venía así que decidí explorar la casa. Era grande y oscura, con tres pisos y un sótano. Pensé que era perfecta para esconder un cuerpo…bajé y vi que la puerta del sótano estaba entreabierta. La abrí y vi a Jackie. Estaba atada y amordazada. Corrí a desatarla, y cuando terminé, me di vuelta y vi a Carmen detrás de nosotras insultándonos descontroladamente. Empezó a caminar amenazadoramente hacia nosotras pero, gracias al cielo, apareció la policía Baker y la esposó. Luego de un largo interrogatorio supimos que había querido secuestrar a Jackie porque no había podido asistir a su boda y luego no se había disculpado ni hecho nada por remendarlo. Le sentenciaron a cinco años de trabajos forzados en la prisión de Nueva York y desde entonces no se ha sabido más de ella.