cuentos medievales Santiago Moncada Silva | Page 9
Hansel &Gretel
Allá a lo lejos, en una choza próxima al bosque vivía un leñador con su esposa y sus dos
hijos: Hansel y Gretel.
El hombre era muy pobre. Tanto, que aún en las épocas en que ganaba más dinero
apenas si alcanzaba para comer. Pero un buen día no les quedó ni una moneda para
comprar comida ni un poquito de harina para hacer pan.
- "Nuestros hijos morirán de hambre", se lamentó el pobre esa noche.
-"Solo hay un remedio -dijo la mamá llorando-. Tenemos que dejarlos en el bosque,
cerca del palacio del rey. Alguna persona de la corte los recogerá y cuidará".
Hansel y Gretel, que no se habían podido dormir de hambre, oyeron la conversación.
Gretel se echó a llorar, pero Hansel la consoló así:
-"No temas. Tengo un plan para encontrar el camino de regreso. Prefiero pasar hambre
aquí a vivir con lujos entre desconocidos".
Al día siguiente la mamá los despertó temprano.
-"Tenemos que ir al bosque a buscar frutas y huevos -les dijo-; de lo contrario, no
tendremos que comer".
Hansel, que había encontrado un trozo de pan duro en un rincón, se quedó un poco
atrás para ir sembrando trocitos por el camino. Cuando llegaron a un claro próximo al
palacio, la mamá les pidió a los niños que descansaran mientras ella y su esposo
buscaban algo para comer.
Los muchachitos no tardaron en quedarse dormidos, pues habían madrugado y
caminado mucho, y aprovechando eso, sus padres los dejaron. Los pobres niños estaban
tan cansados y débiles que durmieron sin parar hasta el día siguiente, mientras los
ángeles de la guarda velaban su sueño.
Al despertar, lo primero que hizo Hansel fue buscar los trozos de pan para recorrer el
camino de regreso; pero no pudo encontrar ni uno: los pájaros se los habían comido.
Tanto buscar y buscar se fueron alejando del claro, y por fin comprendieron que estaban
perdidos del todo.