Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
El Rey Pico de Tordo
Había una vez un rey que tenía una hija cuya belleza física excedía cualquier comparación, pero
era tan horrible en su espíritu, tan orgullosa y tan arrogante, que ningún pretendiente lo consideraba
adecuado para ella. Los rechazaba uno tras otro, y los ridiculizaba lo más que podía.
En una ocasión el rey hizo una gran fiesta y repartió muchas invitaciones para los jóvenes que
estuvieran en condición de casarse, ya fuera vecinos cercanos o visitantes de lejos. El día de la
fiesta, los jóvenes fueron colocados en filas de acuerdo a su rango y posición. Primero iban los
reyes, luego los grandes duques, después los príncipes, los condes, los barones y por último la
clase alta pero no cortesana.
Y la hija del rey fue llevada a través de las filas y para cada joven ella tenía alguna objeción que
hacer: que muy gordo y parece un cerdo, que muy flaco y parece una caña, que muy blanco y
parece de cal, que muy alto y parece una varilla, que calvo y parece una bola, que muy..., que... y
que...., y siempre inventaba algo para criticar y humillar.
Así que siempre tenía algo que decir en contra de cada uno, pero a ella le simpatizó especialmente
un buen rey que sobresalía alto en la fila, pero cuya mandíbula le había crecido en demasía.
-¡Bien -gritaba y reía- ese tiene una barbilla como la de un tordo!
Y desde entonces le dejaron el sobrenombre de Rey Pico de Tordo.
Pero el viejo rey, al ver que su hija no hacía más que mofarse de la gente y ofender a los pretendientes
que allí se habían reunido, se puso furioso y prometió que ella tendría por esposo al primer mendigo
que llegara a sus puertas.
Pocos días después, un músico llegó y cantó bajo las ventanas, tratando de ganar alguito. Cuando
el rey lo oyó, ordenó a su criado:
-Déjalo entrar.
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