Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
El joven cambió sus vestidos por los de un pobre viejo que encontró en el camino, y de esta manera
pudo llegar al palacio del Rey, su padre. Nadie lo reconoció; pero el pájaro se puso a cantar, y el
caballo a comer, mientras se secaban las lágrimas de los ojos de la princesa. Admirado, preguntó
el Rey:
-¿Qué significa esto?
Y respondió la doncella:
-No lo sé, pero me sentía muy triste y ahora estoy alegre. Me parece como si hubiese llegado mi
legítimo esposo -y le contó todo lo que le había sucedido, a pesar de las amenazas de muerte que
le habían hecho los dos hermanos, si los descubría. El Rey convocó a todos los que se hallaban en
el palacio y así compareció también su hijo menor, vestido de harapos como un pordiosero; pero la
princesa lo reconoció en seguida y se le arrojó al cuello. Los perversos hermanos fueron detenidos
y ajusticiados, y él se casó con la princesa y fue el heredero del Rey.
Pero, ¿y qué fue de la zorra? Lo vais a saber. Algún tiempo después, el príncipe volvió al bosque
y se encontró con la zorra, la cual le dijo:
-Tienes ya todo cuanto pudiste ambicionar; en cambio, mi desgracia no tiene fin, a pesar de que
está en tus manos el salvarme.
Y nuevamente le suplicó que la matase de un tiro y le cortase la cabeza y las patas. Hízolo así
el príncipe, y en el mismo instante se transformó la zorra en un hombre, que no era otro sino el
hermano de la bella princesa, el cual, de este modo, quedó libre del hechizo que sobre él pesaba. Y
ya nada faltó a la felicidad de todos, mientras vivieron.
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