Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
-¿Y Enrique?
-¡No! ¡Así no me llamo yo! -replicó el hombrecito con expresión triunfante.
Sonrió la reina y le dijo:
-Pues... ¿quizás te llamas...Rumpelstilskin?
-¡Te lo dijo una bruja! ¡Te lo dijo una bruja! -gritó el hombrecito y furioso dio en el suelo una
patada tan fuerte, que se hundió hasta la cintura.
Luego, sujetándose al otro pie con ambas manos, tiró y tiró hasta que pudo salir; y entonces, sin
dejar de protestar, se marchó corriendo y saltando sobre una sola pierna, mientras en palacio todos
se reían de él por haber pasado en vano tantos trabajos.
202