Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
Caperucita Roja
Había una vez una adorable niña que era querida por todo aquél que la conociera, pero sobre todo
por su abuelita, y no quedaba nada que no le hubiera dado a la niña. Una vez le regaló una pequeña
caperuza o gorrito de un color rojo, que le quedaba tan bien que ella nunca quería usar otra cosa,
así que la empezaron a llamar Caperucita Roja. Un día su madre le dijo:
-Ven, Caperucita Roja, aquí tengo un pastel y una botella de vino, llévaselas en esta canasta a tu
abuelita que esta enfermita y débil y esto le ayudará. Vete ahora temprano, antes de que caliente
el día y en el camino, camina tranquila y con cuidado, no te apartes de la ruta, no vayas a caerte y
se quiebre la botella y no quede nada para tu abuelita. Y cuando entres a su dormitorio no olvides
decirle, “Buenos días”, ah, y no andes curioseando por todo el aposento.
-No te preocupes, haré bien todo, -dijo Caperucita Roja y tomó las cosas y se despidió cariñosamente.
La abuelita vivía en el bosque, como a un kilómetro de su casa. Y no más había entrado Caperucita
Roja en el bosque, siempre dentro del sendero, cuando se encontró con un lobo. Caperucita Roja
no sabía que esa criatura pudiera hacer algún daño, y no tuvo ningún temor hacia él.
-Buenos días, Caperucita Roja -dijo el lobo.
-Buenos días, amable lobo.
-¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?
-A casa de mi abuelita.
-¿Y qué llevas en esa canasta?
-Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita enferma va a tener algo bueno
para fortalecerse.
-¿Y dónde vive tu abuelita, Caperucita Roja?
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