Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
-Dices bien, -contestó el oso-; pero hay en la madriguera del zorro un monstruo de miradas tan
temibles que no podemos hacerle desalojar.
La abeja le replicó:
-Me da lástima de vosotros; yo soy una criatura débil, que apenas te dignas mirar en tu camino,
pero sin embargo, creo que podré serte útil.
Volvió a la madriguera, se colocó en la cabeza de la cabra y la picó con tal fuerza, que la chiva no
pudo menos de gritar: ¡be!, ¡be!, y se lanzó al bosque como una loba; y desde entonces nadie sabe
lo que se ha hecho de ella.
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