CUENTOS HERMANOS GRIM cuentos_hermanos_grimm_edincr | Page 167

Cuentos de los Herm anos Grimm EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL costa rica -Pero no como el mío, querido padre, cuando le digo: Palo, fuera del saco, se lanza sobre los que le hacen daño y los apalea hasta que caen al suelo pidiendo perdón, y me ha servido como veréis para recobrar la mesa y el asno que ese ladrón de posadero había robado a mis hermanos. Mandadlos venir a los dos y convidad a todos nuestros parientes, que quiero obsequiarlos y llenar sus bolsillos. El viejo sastre fue a buscar a sus parientes aunque no tenía la mayor confianza; el tornero extendió un paño en el cuarto, trajo al asno e imitó a su hermano a pronunciar las palabras sacramentales. El molinero dijo bricklebrit y enseguida cayeron monedas de oro como si fueran granizo y no cesó la lluvia hasta que todos ellos tuvieron más de las que podían llevar (no te hubiera desagradado encontrarte allí querido lector). Enseguida cogió el tornero la mesa y dijo a su hermano el ebanista: -Ahora te toca a ti. Apenas hubo dicho éste: -Mesa sírvenos -quedó servida y cubierta de los platos más apetitosos. Hubo entonces un festín como nunca le había visto el viejo en su casa y todos continuaron reunidos divirtiéndose hasta que llegó la noche. El sastre guardó cuidadosamente sus agujas, su dedal, su vara y sus hilos, y vivió contento y alegre el resto de sus días en compañía de sus tres hijos. ¿Pero qué había sucedido a la cabra que fue causa de que el padre echara de su casa a sus tres hijos? Voy a referirlo. Como tenía vergüenza de ver su cabeza pelada, fue a esconderse a una madriguera de zorras. Al volver percibió el zorro en la oscuridad dos ojos grandes que brillaban como ascuas, se amedrentó y huyó. Encontrole un oso y le dijo viendo su turbación: -¿Qué hay, hermano zorro, de dónde vienes tan asustado? -¡Ah!, -respondió