Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
-He jugado y perdido un par de pesetas, -le contestó.
-¿No has tenido miedo?
-Por el contrario, me he divertido mucho. ¡Ojalá supiera lo que es miedo!
A la tercera noche se sentó de nuevo en su banco y dijo incómodo:
-¿Cuándo sabré lo que es miedo?
En cuanto comenzó a hacerse tarde se le presentaron seis hombres muy altos que traían una caja
de muerto.
-¡Ay!, -les dijo- este es de seguro mi primo, que ha muerto hace un par de días.
Hizo señal con la mano y dijo:
-Ven, primito, ven.
Pusieron el ataúd en el suelo, se acercó a él y levantó la tapa; había un cadáver dentro. Le tocó la
cara, pero estaba fría como el hielo.
-Espera, -dijo- te calentaré un poco.
Fue al fuego, calentó su mano y se la puso en el rostro, pero el muerto permaneció frío. Entonces le
cogió en brazos, le llevó a la lumbre y le puso encima de sí y le frotó los brazos para que la sangre
se le pusiese de nuevo en movimiento. Como no conseguía nada, se le ocurrió de pronto:
-Si me meto con él en la cama, se calentará.
-Se llevó al muerto a la cama, le tapó y se echó a un lado. Al poco tiempo estaba el muerto caliente
y comenzó a moverse. Entonces, dijo el joven:
-Mira, hermanito, ya te he calentado.
Pero el muerto se levantó diciendo:
-Ahora quiero estrangularte.
-¡Hola!, -le contestó-, ¿son esas las gracias que me das? ¡Pronto volverás a tu caja!
Le cogió, le metió dentro de ella y cerró; entonces volvieron los seis hombres y se lo llevaron de
allí.
-No me asustarán, -dijo-; aquí no aprendo yo a ganarme la vida.
Entonces entró un hombre que era más alto que los otros y tenía un aspecto horrible, pero era viejo
y tenía una larga barba blanca.
-¡Ah, malvado, pronto sabrás lo que es miedo, pues vas a morir!
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