puesto que la evidencia científicas acumuladas no
dejan lugar a dudas de su peligrosidad. Si bien
existen fuentes naturales de este metaloide como
pueden ser las erupciones volcánicas y aerosoles
marinos (Bowell, 2014). En la zona saturada de
Concón, Quintero y Puchuncaví las principales
contribuciones de este contaminante al ambiente
se relacionan con la actividad industrial. En parti-
cular, las fundiciones de cobre y las termoeléctri-
cas que utilizan carbón como combustible.
En Chile, la minería y algunos procesos de
combustión pueden representar una fuente im-
portante de arsénico en el ambiente. En el ex-
pediente del fallido plan de descontaminación
para la zona de Concón, Quintero y Puchuncaví
de 2016, se puede encontrar un estudio de la de-
posición seca y algunos contaminantes como los
BTEX (benceno, etilbenceno, tolueno y xileno)
en la zona saturada. El estudio realizado por el
CENMA, y encargado por el Ministerio de Medio
Ambiente, confirma algunos hallazgos como el de
Gidhagen (Gidhagen, 2002) los que indican que
la distribución del arsénico es más amplia que la
zona de impacto de las emisiones de la fundición
de cobre Ventanas. Sin embargo, el plan de des-
contaminación, que se encuentra en su fase final
de elaboración, no considera implementar moni-
toreo de material particulado sedimentable.
Luego del efímero ejercicio realizado por la au-
toridad de normar calidad para el arsénico, hasta
el día de hoy no existe declaración o documen-
to alguno del Ministerio de Medio Ambiente que
indique la necesidad de establecer una norma de
calidad primaria para este contaminante, a pesar
de que las evidencias aconsejarían darle prioridad,
considerando el resguardo a la salud de la pobla-
ción. Una muestra elocuente es que entre los an-
tecedentes del plan de descontaminación de 2016
se incorporó al expediente los datos de los filtros
de la red de monitoreo en Quintero-Puchuncaví,
los cuales indican altísimos niveles de arsénico.
En algunos casos superando hasta 15 veces la
norma vigente en la Unión Europea de 6 ng/m3
[directiva Europea]. Eso significa que la zona de
Quintero-Puchuncaví se encuentra sobresaturada
en arsénico. Al parecer eso no inquieta a la autori-
dad ambiental. El año 2013 se promulga la norma
de emisión de arsénico que regula solo a las fundi-
ciones de cobre. Curiosamente la autoridad omite
las emisiones de las termoeléctricas que utilizan
carbón, en cuya composición se encuentra arséni-
co, cadmio y mercurio, entre otros. La norma de
emisión de arsénico para las fundiciones de cobre
se estableció en base a 11 criterios. El primero de
Guzmán G.
ellos señala expresamente que la norma no puede
poner en riesgo la viabilidad de las fundiciones.
No deja de llamar la atención que no existe nin-
gún estudio en el expediente que señale la inocui-
dad de las emisiones autorizadas a las fundiciones
para la salud de la población.
En el caso de CODELCO Ventanas se le au-
toriza para descargar al ambiente 48 toneladas
de arsénico al año. Adicionalmente habría que
señalar que la norma de emisión está referida a
arsénico total, la especiación del contaminante no
está considerado en el reporte de las emisiones.
Precisamente los estudios disponibles al día de hoy
indican que el arsénico en sus formas inorgánicas
como trióxido o pentóxido son las más tóxicas
(Cohen, 2013). Las señales que da la autoridad al
regular solo las emisiones de arsénico de las fun-
diciones de cobre, teniendo como limitante que la
norma no ponga en riesgo la viabilidad de las fun-
diciones es una muestra irrefutable de la ausencia
de una preocupación y, consecuente con esto, me-
didas de resguardo para la salud de la población.
Sin duda estos criterios normativos no pueden
dejar indiferente, toda vez que por el imperio de
la ley son los organismos competentes del Estado
los que deben establecer regulaciones ambientales
que permitan poner a resguardo, en primer lugar,
la salud de la población. Evidentemente al normar
solo la emisión sin tener ningún objetivo de cali-
dad que cumplir, lo esperable es que existiendo
un permiso para emitir a las fundiciones, no existe
incentivo alguno para ir más allá de esta licencia
otorgada y así disminuir la carga de este contami-
nante en el ambiente. Es importante señalar que
la larga vida media del arsénico en el ambiente
conduce indefectiblemente a la acumulación de
este contaminante en el suelo, biota y acuíferos.
Un ejemplo del cual Chile debiera aprender es
Canadá, país que tiene un fuerte componente mi-
nero en sus actividades económicas al igual que
Chile pero que sin embargo pueden exhibir ten-
dencias decrecientes de este contaminante en el
medio ambiente (Wang, 2006). La zona saturada
de Concón, Quintero y Puchuncaví necesita con
urgencia disponer de información no solo del ni-
vel de riesgo a que están expuestas las poblaciones
aledañas al complejo industrial sino también pes-
quisar la trayectoria de este contaminante en los
ecosistemas terrestres y dulceacuícola, que deri-
ven en un plan integral para la descontaminación
de la zona. Evidentemente eso excede los alcan-
ces de un plan de descontaminación.
Desde hace bastante tiempo las emisiones de las
fundiciones de cobre han sido objeto de estudios,
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