ORIGINALES:
Salud y Ambiente
que se implementó en Chile. Para el abatimiento
de las emisiones de dióxido de azufre, el plan es-
tablecía que durante los primeros 5 años ENAMI
mantuviera el nivel basal de emisiones de este
contaminante.
En sencillo; durante los primeros años de vigen-
cia de este plan, ENAMI estuvo amparada por el
plan para seguir contaminando. Lo esperable era
que en los futuros planes se recogieran los apren-
dizajes para hacer de éste un instrumento robusto
que permitiera abordar de manera eficaz la conta-
minación en zonas donde los niveles elevados de
algunos contaminantes implicaban riesgos altísi-
mos para la salud de la población. Al día de hoy
podemos decir que los planes de descontamina-
ción en rigor sólo se focalizan en el control de las
emisiones, de tal forma de recuperar valores de
las normas que no impliquen mayor riesgo para
la salud de la población. Esto es en el rango que
se extiende entre el 80 y 100% del valor de la nor-
ma de calidad o superior, pero en modo alguno
estos planes se relacionan con acciones dirigidas
a descontaminar un área impactada por la con-
taminación. Esto lo podemos ejemplificar con el
impacto en el suelo, agua y ecosistemas de las emi-
siones al aire de la fundición de cobre Ventanas
y las termoeléctricas a carbón. La fundición des-
carga por chimenea y fundamentalmente como
emisiones fugitivas más del 70% de sus emisiones
totales. Ambos establecimientos industriales des-
cargan material particulado respirable y asociado
a él metales pesados tales como arsénico, cadmio
y mercurio (Romo-Kröger, 1994). Algunos de
ellos se volatilizan a elevadas temperaturas y luego
llegan al suelo, agua y ecosistemas como deposi-
ción seca. Tanto el arsénico como el mercurio no
se degradan y pueden permanecer inalterables du-
rante un tiempo prolongado en el sistema donde
han precipitado y contaminado. Por ejemplo, el
tiempo de retención para el arsénico en el suelo es
de 1.000 a 3.000 años (Matschullat, 2000).
Evidentemente, un plan de descontaminación
debiera hacerse cargo de estos impactos, lo con-
trario significa sobre-simplificar un problema
complejo. El reglamento para los planes de pre-
vención y descontaminación solo considera las
normas de calidad que se encuentran vigentes en
el país. Eso es concordante con la definición de
contaminación de la Ley 19.300. En el caso del
arsénico solo existe norma de emisión por lo tan-
to este contaminante no puede ser incluido en un
plan de descontaminación. Para ilustrar un poco
más el significado de una descontaminación me
referiré a un instrumento utilizado por la Agencia
de Protección Ambiental de Estados Unidos; el
denominado Superfondo que consistía en un fon-
do muy abultado de recursos que se utilizarían
para descontaminar sitios industriales. A poco
andar las autoridades ambientales pudieron cons-
tatar que se necesitarían varios “Superfondos”
para lograr cumplir con la meta de descontami-
nar un gran número de sitios contaminados que
inicialmente se habían identificado. Esto generó
un profundo debate en el sector académico. La
Academia Nacional de Ciencias publicó un libro
que da cuenta de un elemento central en este de-
bate, cual es el de la biodisponibilidad de contami-
nantes en el ambiente (NRC, 2003).
El plan de descontaminación de Ventanas se
aprobó un año después de la entrada en vigen-
cia del D.S.185. En cambio, los planes con la Ley
19.300 cuentan con un procedimiento de apro-
bación que se extiende en promedio cinco años.
Es decir, una vez registrados un cierto número de
excedencias en los valores de calidad de alguna
norma de calidad ambiental, se decreta establecer
monitoreo de calidad del aire por 3 años para que
la data cumpla con el requisito para declarar zona
saturada. Luego viene la elaboración del plan de
descontaminación propiamente tal, que en pro-
medio, considerando la mayoría de las ciudades
del sur de Chile que han sido declaradas zonas
saturadas, se extiende por un periodo de dos años.
Sin embargo en el caso de Coyhaique el plan fue
aprobado luego de 3 años y siete meses. En resu-
men, los plazos que se fija la autoridad para im-
plementar un plan de descontaminación a todas
luces, exceden lo razonable que el organismo hu-
mano deba soportar por exposición a niveles pe-
ligrosos de contaminantes en el ambiente. En sín-
tesis, los planes de descontaminación en Chile son
esencialmente reactivos, es decir se implementan
luego de años de haberse verificado una situación
de alto riesgo para la salud de la población.
ARSÉNICO EN LA LITERATURA
ESPECIALIZADA Y LA NORMATIVA
AMBIENTAL CHILENA
Desde hace bastantes años el arsénico ha sido
motivo de estudios rigurosos en el mundo aca-
démico y otros encargados por la Organización
Mundial de la Salud para establecer recomen-
daciones normativas. Por su parte la Agencia
Internacional para la Investigación del Cáncer
(IARC) ha desarrollado estudios muy concluyen-
tes sobre este contaminante (IARC, 2012) clasifi-
cándolo en el grupo 1 de sustancias cancerígenas
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Cuad Méd Soc (Chile) 2019, 59 (1): 39-46