Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 59 N°1 | Page 13

ORIGINALES: Salud y Ambiente y enfrenta muchas barreras. El informe señala que los gobiernos no están enfrentando las catástrofes climáticas con políti- cas eficaces. Anota con preocupación que tampo- co se repara en las fuertes pérdidas económicas, en los estilos de vida y en el medio laboral. Por ejemplo, la capacidad de trabajo al aire libre en las áreas rurales disminuyó, en promedio, 5,3 por ciento durante los últimos 16 años debido al es- trés por calor. Una enorme pérdida de productivi- dad, directamente atribuible al calentamiento glo- bal. La productividad cayó un 2 por ciento entre 2015 y 2016. En 2015, 175 millones de personas mayores de 65 años estuvieron expuestos a olas de calor nunca observadas. Son pocas las ciudades que han iniciado evaluaciones económicas de los riesgos derivados del cambio climático, aunque la cobertura y la idoneidad de dichas medidas garan- tizarían la protección contra los crecientes riesgos (Stern, 2007). De hecho, en la mayoría de los paí- ses, la financiación para adaptación relacionada con medioambiente y salud alcanza a menos de un 10% del total de los gastos en adaptación. La expresión “cuenta regresiva” destaca que se nos acaba el tiempo para adaptarnos gradualmente a las nuevas condiciones climáticas. Lo hasta aquí conseguido ofrece una muy limitada protección. El Lancet señala: “una analogía con la fisiología hu- mana puede ser de utilidad aquí. El cuerpo humano pue- de adaptarse a los síntomas causado por una enfermedad leve auto-limitante con relativa facilidad. Sin embargo, si una enfermedad empeora constantemente, se alcanzarán rápidamente los límites de los ciclos de respuesta positiva y de la capacidad de adaptación. Esto ocurre especialmente cuando hay muchos sistemas afectados y cuando la falla de un sistema puede impactar en el funcionamiento de otro, como es el caso en el síndrome de disfunción multi-orgánica, o cuando el cuerpo ya se ha debilitado a causa de repetidas enfermedades o exposiciones previas”. Esta descripción calza con lo que ocurre con las consecuencias del cambio climático ya que éste también actúa como multiplicador de amena- zas. Los golpes destructivos de los huracanes, las inundaciones y las sequías se multiplican porque aparecen daños inesperados fruto de la correla- ción entre múltiples factores de riesgo, aumen- tando la probabilidad de varios impactos simul- táneos o en cadena. De hecho, no se trata de una «enfermedad de un solo sistema», sino que a menudo el impacto agrava presiones existentes en muchos otros sistemas, por ejemplo en vivienda, agricul- tura, alimentación, agua, bosques, transportes, energía, seguridad, migraciones, pobreza. Se trata de un caso clásico de sinergias. Al respecto, cabe mencionar que en Chile se han conseguido pocos progresos en mitigación. Los avances son muy discretos, por ejemplo, en la reducción de las emisiones de CO 2 por cam- bios en la producción de electricidad. Chile con la política energética 2050 Bachelet-Pacheco, avanzó notablemente multiplicando la generación con energía solar y otras renovables. Europa va liderando el abandono a los combustibles fósiles y hay una tendencia a disminuir el uso de los auto- móviles privados en Europa, EE. UU. y Australia. Pero en Chile vamos a contracorriente ya que el parque automotor se septuplicó en 15 años. En el año 2000 habían 1.314.129 de vehículos inscritos, para fines de 2015 el número había llegado hasta los 7.314.305 unidades. En el 2018 es superior a 7,8 millones de vehículos. Entre 2010 y 2015 la cifra creció 41%. Las regiones con más vehícu- los figuran la Metropolitana (4.121.355 unidades), Valparaíso (581.563) y Biobío (514.166). Esta ten- dencia anula todos los pequeños avances conse- guidos con las nuevas instalaciones generadoras de energía solar en el Norte y el lento abandono de las formas tradicionales de producción de elec- tricidad que en los últimos dos años ayudaron a disminuir levemente las emisiones de CO 2 . Por otra parte, Chile seguramente experimenta, de acuerdo a su PIB, más pérdidas económicas que los países de mayores ingresos debido a que la mayoría de las pérdidas en los sectores de media- nos y bajos ingresos no están aseguradas. En los países de altos ingresos, casi la mitad de las pérdi- das están aseguradas. Pero en el nuestro es menos del 5%. El costo total de las pérdidas económicas debido a eventos climáticos extremos (marejadas, huracanes, inundaciones, incendios forestales, se- quías, aluviones, etc.) alcanzó a 129.000 millones de dólares en 2016. Un 99% de éstas pérdidas fue- ron en países con ingresos bajos no asegurados. 3.2 Informe Especial del IPCC sobre Calentamiento Global SR1,5 El IPCC está realizando su sexto ciclo de eva- luación y su último informe periódico se dio a conocer el 8 de Octubre recién pasado (WMO/ UNEP, 2018). En el se resumen “los impactos del calentamiento global de 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que de- berían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”. Se enmarca en el contexto del refor- zamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, en el marco del desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobre- za (SR1,5). En su elaboración participaron cerca 11 Cuad Méd Soc (Chile) 2019, 59 (1): 7-16