Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 58 N°4 | Page 84

migrante. Tomando en cuenta la experiencia en la literatu- ra consultada (17,12) en donde los comerciantes demuestran tener una disposición positiva hacia la realización de mejoras en la manipulación de los alimentos y cumplimiento de estándares básicos; las mejoras en este rubro podrían estar orientadas en además hacer énfasis en los beneficios econó- micos que podría significar para ellos realizar me- joras en su trabajo. Según datos obtenidos desde la página de la Municipalidad de Santiago, Plan de Comercio Justo en Santiago, las decomisaciones de alimen- tos hoy superan las 155 toneladas (18). Sin em- bargo, a pesar de esta regulación, el panorama del comercio ambulante no ha desaparecido de la comuna de Santiago, sino que se ha convertido en una tarea más arriesgada y compleja de reali- zar. En la realización de la investigación fuimos presentes de operativos policiales en donde los migrantes debían arrancar con los carros de su- permercado, los que muchas veces no les perte- necen a ellos, sino que son arrendados por otros migrantes. Por otra parte, es importante señalar que el mercado de la comida callejera en Chile exis- te porque también hay un mercado de personas que lo sustenta, y por lo tanto la discusión podría además orientarse a cómo regular este mercado para que las preparaciones ofrecidas sean más nutritivas para la población, teniendo en cuenta los resultados que arrojó la última ENS (Encuesta Nacional de Salud) en el país, con un 74,2% de la población con exceso de peso (19). Dado que la mayoría de los alimentos comercializados que se analizaron corresponden a alimentos fritos, es decir, alimentos con alto contenido de grasas sa- turadas, cuyo consumo en abundancia se ha visto asociado al sobrepeso y obesidad en la población, el comercio de estos alimentos también supone otra problemática para la salud pública desde el punto de vista nutricional. En este sentido, con- siderando la situación epidemiológica actual (19) otro desafío estaría dado en regular la oferta de alimentos procesados de este tipo de comercio, tomando en cuenta la experiencia de países como India, en donde es posible encontrar preparacio- nes que se ofrecen a la población que son muy nutritivas (20), las cuales sirven para cubrir las ne- cesidades alimenticias diarias en la población más pobre, lo que nos obliga a replantearnos qué su- cede realmente cuando se criminaliza y se invalida este tipo de actividad sin más. Uno de los principales desafíos sería sensibilizar Medina G., et al. a los comerciantes migrantes, entendiendo que para regular este mercado es necesario trabajar en mejoramiento de las condiciones sanitarias de sus puestos, la higiene en la manipulación y pre- paración de alimentos, y la composición nutricio- nal de los alimentos comercializados, entre otros aspectos. Debido a que mientras se realizaba el estudio, se llevaba a cabo el programa “Comercio justo” de la Municipalidad de Santiago, fue difícil aumentar el tamaño de la muestra. Además, los comerciantes muchas veces decidían no responder la entrevis- ta debido a la criminalización y precarización de su trabajo, por lo que consideraban que estaban siendo observados por Carabineros o la PDI. En las mismas entrevistas realizadas a comerciantes, se encontraron relatos de experiencias de poca se- guridad, en donde además de ser perseguidos por Carabineros, los migrantes también debían estar alerta frente a los comerciantes chilenos. CONCLUSIONES El mercado de comida callejera es una actividad informal que es llevada a cabo tanto por chile- nos como por migrantes en las calles de Santiago y el resto del país, habitualmente en condiciones precarias. En los migrantes, esta actividad general- mente se asocia a la falta de trabajo percibida, o a razones económicas. Esta investigación permitió establecer las di- námicas que se dan en este tipo de comercio, las características sociodemográficas de quienes la realizan, así como establecer las preferencias de los consumidores, el tipo de alimentos y prepara- ciones que se comercializa, y evidenciar las prin- cipales problemáticas que pueden presentar para los consumidores, el que los trabajadores cuenten con una infraestructura precaria para la realiza- ción de este trabajo. Gracias a la realización de este trabajo fue po- sible comprender como los migrantes ocupan su capital social en esta actividad, a través de la venta de alimentos que comercializan en el país receptor. Se pudo evidenciar como existen redes, y como éstas ayudan a los migrantes que llegan para integrarse en el rubro, con carros muchas veces arrendados por otros migrantes con más tiempo en el mercado. Por otra parte, tal como menciona Walter Imilan “cuando un migrante co- cina sus platos de su lugar de origen, básicamente actualiza sus saberes culinarios que porta, se ac- tualizan una serie de conocimientos, emociones y afectos que desde una práctica íntima se expresan 82