Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 58 N°4 | Page 39

ORIGINALES: Migración y Salud individual y social. La capacidad para el ejercicio de derechos, el de salud entre ellos, no representa solo una condición individual, sino que requiere de una configuración social a favor de la expresión de los individuos como parte de la colectividad. Uno de los prejuicios, expresados como preo- cupaciones en Estados Unidos (USA) a principios de los noventa del siglo pasado, fue que los mi- grantes provenientes de México y Centroamérica representaran el principal motor para la disemi- nación de la epidemia en USA. En esta región, se encuentra el corredor migratorio México-Estados Unidos, el más transitado en el mundo, el cual re- gistró un flujo de hasta 13 millones de personas en 2013. Este número incluye a migrantes documen- tados e indocumentados, así como cruces diarios y turismo, entre otras formas de movilidad. En 2015, de acuerdo a datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, los inmigrantes centroameri- canos que residían en Estados Unidos constituían cerca de 3 millones de personas, que comparadas con 1980, representó un crecimiento de casi diez veces (15). De acuerdo con Rodríguez-Chávez, se estimó que, en 2014, cerca de 500 mil migrantes transi- taron por territorio mexicano, 98% de los cuales eran originarios de Honduras, Guatemala y El Salvador. Esta cifra es la más alta desde la cifra his- tórica estimada desde 2005, donde calcularon 418 mil migrantes (16). De enero a agosto de 2017, cerca de 40 mil migrantes guatemaltecos fueron retornados a su país (52% por autoridades mexi- canas y 47.6% por autoridades estadounidenses), 31,705 hondureños fueron retornados a su país (56.6% por autoridades mexicanas y 43.1% por autoridades estadounidenses) y 18,897 salvadore- ños fueron retornados a El Salvador (40.6% por autoridades mexicanas y 58.6% por autoridades estadounidenses. Con relación a los refugiados, en 2016 México recibió 8,732 solicitudes de refugio, de las cuales 42.8% a nivel regional, 3.1% a nivel continental y 0.41% a nivel mundial (15). En esta dinámica migratoria, entre 2013 y 2015 hubo dos cambios importantes en el flujo migra- torio de centroamericanos: aumento en el número de niños, niñas y adolescentes (NNA) no acompa- ñados, y aumento en el porcentaje de mujeres, lle- gando a representar, en el 2015, 37% del total de migrantes (Rodríguez Chávez, 2016). Muchas de las mujeres viajan con hijos y son contabilizados como “unidad familiar”. En 2016, se registraron 70,407 eventos de migración de unidades familia- res, cifras mayores a las registradas en 2014. Esto sugiere que el número de mujeres que viajan con hijos posiblemente se ha incrementado en los úl- timos años (16). Por otro lado, entre 2013 y 2017 se registraron 224,000 detenciones de NNA pro- venientes de los países del TNCA y de México en la frontera suroeste de Estados Unidos (17). Las personas migrantes que ingresan de forma irregular por la frontera sur de México tienen que recorrer más de 3,640 kilómetros desde sus países de origen hasta la frontera norte de México. La frontera entre México y Guatemala, conformada por 956 kilómetros, cuenta con ocho puntos for- males de cruce y cerca de 50 puntos informales. Hasta mediados de 2014, el tren de carga que salía desde Arriaga, Chiapas y llegaba a ciudades mexi- canas ubicadas en la frontera norte, era uno de los medios de transporte más importantes para des- plazarse por México (18). En este contexto, ¿cuál es la posibilidad de ga- rantizar la promoción y respeto de los derechos humanos de los migrantes? Niños, mujeres y hombres jóvenes provenientes de países y ciu- dades que representan los escenarios de mayor criminalidad a nivel global (19), frecuentemente desplazados de manera forzada para integrarse al flujo migratorio irregular por México hacia los Estados Unidos. ¿El control en la diseminación de enfermedades representa un elemento clave para justificar las políticas de control de la movi- lidad poblacional internacional? ¿El movimiento migratorio irregular, per se, es la causa que explica la prevalencia e incidencia de la malaria, tubercu- losis, cólera, VIH y otras ITS, y otros problemas de salud en la región? ¿Hay la más leve respuesta gubernamental para incidir sobre el mejoramiento de las condiciones de vida de estas poblaciones en los países de origen, tránsito o destino? Esto último, cuando menos en señal de reciprocidad ante la importante aportación económica de los migrantes a sus países de origen y al desarrollo económico en los países de destino (20) ¿O se es- pera, que nuevos brotes epidémicos disparen nue- vamente la señal del grupo de emergencias glo- bales de la OMS, para re-iniciar con la aplicación medidas basadas en la seguridad nacional? PERSPECTIVA SOBRE EL ABORDAJE DE MIGRACIÓN Y SALUD En la región Latinoamericana son muy escasos los gobiernos que han entendido la movilidad y migración internacional como parte de la diná- mica social contemporánea, que requiere de una respuesta integral, entre ellas las de salud. La evi- dencia a nivel global muestra frecuentes actitudes 37 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (4): 33-39