Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 58 N°4 | Page 37

ORIGINALES: Migración y Salud ello, nuevamente el pensamiento estratégico de OMS, creó un mecanismo de reacción internacio- nal a través la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN), la cual “ga- rantiza que los recursos humanos y técnicos estén disponibles sobre el terreno en el momento y en los lugares donde son más necesarios”. (5). La respuesta rápida, más allá de la propia comprensión del problema y de los alcances del mismo, frecuentemente conduce a sobredimen- sionar y a elevar la noción y percepción del riesgo social global, y a generar medidas que conducen frecuentemente a la violación de los derechos humanos de las personas y grupos de población afectados. Evidencia de esto son las historias más recientes sobre las estrategias de prácticas sanitarias con- temporáneas, que muestran con claridad la vi- gencia de estos conceptos aplicados desde antes de Cristo. Uno de ellos, fue la epidemia de gri- pe relacionada con el virus H1N1. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud señaló lo si- guiente: “A raíz de los brotes epidémicos iniciales en América del Norte en abril de 2009, el nuevo virus gripal se propagó rápidamente por todo el mundo. Cuando la OMS declaró la pandemia en junio de 2009, un total de 74 países y territorios habían notificado infecciones confirmadas me- diante pruebas de laboratorio” (6). México, constituyó uno de los países donde se presentaron casos de la epidemia, que ade- más sumó la condición de “origen porcino”. Emergieron ante ello, antiguos prejuicios que contribuyeron a explicar socialmente el proceso de diseminación de la enfermedad, generando respuestas de pánico social, local y a nivel global. Ante ello, diferentes países del mundo respondie- ron implementando mecanismos de aislamiento –cuarentena- a las poblaciones que habiendo esta- do en México, durante el periodo de la epidemia, viajaron a distintos países. Estas medidas, también incluyeron a los aviones procedentes de México, a los cuales se les confinó en pistas aisladas y fueron sometidos a diferentes fumigaciones con produc- tos químicos que buscaban “desinfectar” al vector (avión), como mecanismo simbólico de seguridad para para los sanitaristas modernos y gobiernos. Esta experiencia contemporánea en el manejo de las epidemias, expresa con claridad el reto que tiene la aplicación de la evidencia científica ante la noción y prejuicio predominante de “seguridad nacional”, como base para el desarrollo de estra- tegias y acciones justificadas bajo el argumento del control sanitario y de enfermedades. El control de movilidad poblacional internacio- nal, se constituye en la causa de la diseminación de las enfermedades y al mismo tiempo justifica la forma de respuesta, sin que haya alguna evi- dencia científica sobre los efectos en el control del problema, pero sí de las poblaciones afecta- das. Estas políticas contribuyen a la emergencia y reforzamiento el estigma preexistente contra los extranjeros (migrantes), que los coloca como sujetos de riesgo para la población local, los cua- les se percibe que funcionan como portadores y transmisores de enfermedades, infecciones, ade- más de otros problemas sociales. De esta forma, históricamente en el campo de la salud se han formulado respuestas de política pública hacia la migración caracterizadas por el establecimiento de cuarentenas, cercos sanitarios y muros fronterizos que a nombre de la seguridad nacional se establecen como respuesta al miedo construido y focalizado en los extranjeros, los mi- grantes (7). Otro ejemplo, correspondieron a las políticas restrictivas de los países que negaron la entrada o la estancia, total o parcialmente, a personas que viven con VIH (8). En la actualidad se reconoce que este tipo de respuestas frente al fenómeno de la migración y la salud propician la violación de los derechos humanos de los migrantes (9). Estas formas de respuesta social no contribuyen a la reducción de la desigualdad ni a mejorar las con- diciones de movilidad e inserción social de las po- blaciones móviles y migrantes en las comunidades receptoras (10). MIGRACIÓN Y SALUD: UNA PERSPECTIVA DESDE LOS DETERMINANTES SOCIALES EN SALUD Quizá no tan antigua y ni con la magnitud y pre- sencial social requerida, se encuentra la perspecti- va de la distribución social diferencial de riesgo, la enfermedad, la muerte y el acceso a los servicios de salud según las condiciones socioeconómicas de los grupos sociales (2). Desde esta perspecti- va la distribución, tipo y frecuencia de problemas de salud que conforman la carga de enfermedad de las poblaciones migrantes, corresponden a los prevalentes, agudos y crónicos, que padece la po- blación o comunidades de origen. La hipótesis de estudio corresponde a que son las condiciones en que se migra, y no el proceso migratorio en sí mismo, lo que determina la exposición a nuevos riesgos y la capacidad de manejo y respuesta de 35 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (4): 33-39