ORIGINALES:
Migración y Salud
ello, nuevamente el pensamiento estratégico de
OMS, creó un mecanismo de reacción internacio-
nal a través la Red Mundial de Alerta y Respuesta
ante Brotes Epidémicos (GOARN), la cual “ga-
rantiza que los recursos humanos y técnicos estén
disponibles sobre el terreno en el momento y en
los lugares donde son más necesarios”.
(5). La respuesta rápida, más allá de la propia
comprensión del problema y de los alcances del
mismo, frecuentemente conduce a sobredimen-
sionar y a elevar la noción y percepción del riesgo
social global, y a generar medidas que conducen
frecuentemente a la violación de los derechos
humanos de las personas y grupos de población
afectados.
Evidencia de esto son las historias más recientes
sobre las estrategias de prácticas sanitarias con-
temporáneas, que muestran con claridad la vi-
gencia de estos conceptos aplicados desde antes
de Cristo. Uno de ellos, fue la epidemia de gri-
pe relacionada con el virus H1N1. Al respecto,
la Organización Mundial de la Salud señaló lo si-
guiente: “A raíz de los brotes epidémicos iniciales
en América del Norte en abril de 2009, el nuevo
virus gripal se propagó rápidamente por todo el
mundo. Cuando la OMS declaró la pandemia en
junio de 2009, un total de 74 países y territorios
habían notificado infecciones confirmadas me-
diante pruebas de laboratorio” (6).
México, constituyó uno de los países donde
se presentaron casos de la epidemia, que ade-
más sumó la condición de “origen porcino”.
Emergieron ante ello, antiguos prejuicios que
contribuyeron a explicar socialmente el proceso
de diseminación de la enfermedad, generando
respuestas de pánico social, local y a nivel global.
Ante ello, diferentes países del mundo respondie-
ron implementando mecanismos de aislamiento
–cuarentena- a las poblaciones que habiendo esta-
do en México, durante el periodo de la epidemia,
viajaron a distintos países. Estas medidas, también
incluyeron a los aviones procedentes de México, a
los cuales se les confinó en pistas aisladas y fueron
sometidos a diferentes fumigaciones con produc-
tos químicos que buscaban “desinfectar” al vector
(avión), como mecanismo simbólico de seguridad
para para los sanitaristas modernos y gobiernos.
Esta experiencia contemporánea en el manejo
de las epidemias, expresa con claridad el reto que
tiene la aplicación de la evidencia científica ante
la noción y prejuicio predominante de “seguridad
nacional”, como base para el desarrollo de estra-
tegias y acciones justificadas bajo el argumento
del control sanitario y de enfermedades.
El control de movilidad poblacional internacio-
nal, se constituye en la causa de la diseminación
de las enfermedades y al mismo tiempo justifica
la forma de respuesta, sin que haya alguna evi-
dencia científica sobre los efectos en el control
del problema, pero sí de las poblaciones afecta-
das. Estas políticas contribuyen a la emergencia
y reforzamiento el estigma preexistente contra
los extranjeros (migrantes), que los coloca como
sujetos de riesgo para la población local, los cua-
les se percibe que funcionan como portadores y
transmisores de enfermedades, infecciones, ade-
más de otros problemas sociales.
De esta forma, históricamente en el campo de
la salud se han formulado respuestas de política
pública hacia la migración caracterizadas por el
establecimiento de cuarentenas, cercos sanitarios
y muros fronterizos que a nombre de la seguridad
nacional se establecen como respuesta al miedo
construido y focalizado en los extranjeros, los mi-
grantes (7).
Otro ejemplo, correspondieron a las políticas
restrictivas de los países que negaron la entrada
o la estancia, total o parcialmente, a personas que
viven con VIH (8). En la actualidad se reconoce
que este tipo de respuestas frente al fenómeno de
la migración y la salud propician la violación de
los derechos humanos de los migrantes (9). Estas
formas de respuesta social no contribuyen a la
reducción de la desigualdad ni a mejorar las con-
diciones de movilidad e inserción social de las po-
blaciones móviles y migrantes en las comunidades
receptoras (10).
MIGRACIÓN Y SALUD: UNA
PERSPECTIVA DESDE LOS
DETERMINANTES SOCIALES EN
SALUD
Quizá no tan antigua y ni con la magnitud y pre-
sencial social requerida, se encuentra la perspecti-
va de la distribución social diferencial de riesgo, la
enfermedad, la muerte y el acceso a los servicios
de salud según las condiciones socioeconómicas
de los grupos sociales (2). Desde esta perspecti-
va la distribución, tipo y frecuencia de problemas
de salud que conforman la carga de enfermedad
de las poblaciones migrantes, corresponden a los
prevalentes, agudos y crónicos, que padece la po-
blación o comunidades de origen. La hipótesis
de estudio corresponde a que son las condiciones
en que se migra, y no el proceso migratorio en sí
mismo, lo que determina la exposición a nuevos
riesgos y la capacidad de manejo y respuesta de
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Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (4): 33-39