Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 58 N°4 | Page 139

ORIGINALES dos grandes grupos, el programático, 25 a 64 años (junto con las más jóvenes) y el otro sobre 64 años, no incluido en el programa maternal en mano sólo de matronas (fundamentalmente mujeres en edad fértil), se hace evidente que las muertes por cáncer cérvico uterino del primer gran grupo que eran dos tercios del total hace 25 años, en la actualidad son sólo la mitad mientras el grupo añoso ( fuera del programa maternal) sube su proporción desde un tercio a casi la mitad como se acaba de señalar (Figura 4 b). Casen (14). En cambio, en relación a mortalidad se presenta la nacional que incluye obligadamente la población de ambos sectores de mujeres, las del sistema público, afiliadas a Fonasa e indigentes y las del privado, afiliadas a Isapres. Algo nuevo en la literatura nacional ha sido comparar la situación chilena con la de países OCDE, tanto en relación a tamizaje cervical (Papanicolaou) como a mortalidad por este cáncer (12). La literatura internacional ofrece informa- ción aun más extendida para los países Nórdicos al considerar 50 años de evolución, consignando incluso diferencias entre ellos (13). Finalmente, se aporta información no publi- cada como es la mortalidad por cáncer cérvico uterino desagregada por grupos quinquenales de edad. Aquí aparece una situación no considera- da en el Programa Nacional como es el desplaza- miento de la mortalidad por este cáncer del grupo programático de 25 a 64 años hacia edades de 65 años y mas, no incluidas en el programa. En los 90, el grupo que se evaluaba y sigue evaluando significaba dos tercios del total mientras ahora es sólo la mitad mientras el otro 50% de las muertes ocurre en mujeres de más edad, sobre 64 años, que no reciben Papanicolaou por no estar en el programa ministerial. Las preocupaciones y análisis del programa ministerial para este cáncer, en consecuencia sus falencias son numerosas en la literatura chilena, incluso referidas al sistema público de salud en general (15-17), las cuales incluyen una audito- ría de muertes por este cáncer en un Servicio de Salud (18). El tema de las mujeres añosas y este cáncer también ha sido destacado en la literatura internacional (19,20). También el análisis de los datos confirma, en primer lugar, algo conocido como es que la mor- talidad por este cáncer, altamente prevenible, pre- senta una correlación bastante estricta con la co- bertura de tamizaje cervical e incluso, destaca otro elemento de inequidad en nuestro país como es la constante menor cobertura de este procedimien- to de diagnóstico precoz en el sistema público, en comparación con el privado. Lo anterior se ratifica al considerar la realidad en países desarrollados de la OCDE, con infor- mación disponible (12, 21-23). La comparación con Chile demuestra lo que debiera ser el gran objetivo nacional en relación a este cáncer, dismi- nuir drásticamente y a corto plazo su mortalidad (24,25). Se dispone de los recursos humanos y técnicos para alcanzar dicho objetivo en pocos años . Figura 4b. Mortalidad por cáncer cérvico uterino según dos grupos de edad en Chile, años quin- quenales 1990-2015 70% 64,8% 64% 61,1% 60% 52,7% 50% 40% 47,3% 35,2% 50,9% 49,1% 54,8% 45,2% 38,9% 36% 30% 20% 10% 0% 1990 1995 2000 15-64 años 2005 2010 2015 65 y más años DISCUSIÓN Y COMENTARIO Este aumento de las muertes en las mujeres so- bre 64 años se debe a la baja y decreciente cober- tura en aquellas de 25 a 64 años incluidas en el programa maternal, a la falta de consulta espontá- nea, al envejecimiento poblacional y además, que casi todas las mujeres mayores no son usuarias del programa de la mujer. La relativa similitud y estabilidad de las tasas de mortalidad brutas y ajustadas por edad sugiere que el envejecimiento poblacional habría ya alcan- zado un cierto máximo. El estudio incluye datos sobre evolución de la mortalidad por cáncer cérvico uterino en Chile, considerando un largo periodo de tiempo, casi tres décadas desde 1990 hasta el 2015, jun- to con información de la cobertura nacional de Papanicolaou en el mismo período. En lo que se refiere a cobertura de tamizaje cer- vical en nuestro país, desagrega sectores público y privado, sobre lo que hay muy escasa informa- ción. En este punto, lo único publicado entre- ga datos antiguos basados sólo en una encuesta 137 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (4): 133-141