Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 58 N°4 | Page 136

sitio no especificado, en las cuales una proporción no establecida es de origen cervical (3). Sin embargo, algo que ha parecido no importar a las autoridades responsables, es que el tamizaje citológico nunca ha alcanzado una cobertura ver- daderamente útil. Esa cobertura aumentó desde 51% en 1990 hasta 66% en 1996 sobre mujeres inscritas entre 25 y 64 años, pero posteriormente no sólo no ha aumentado sino que ha disminuido hasta menos del 60% (2). Se sabe que la cobertu- ra deseable debería superar el 80% (4), por esto no debe extrañar que la mortalidad por cáncer cérvico uterino se haya estancado entre 6 y 7 por 100.000 mujeres en los últimos años (2). Llama la atención que la baja cobertura señalada y el estancamiento de la mortalidad se haya pro- ducido a pesar del aumento de Consultorios, del incremento de médicos especialistas, y especial- mente de matronas, de mayor urbanización y edu- cación de la población, de una gran disminución del número de partos y otros factores favorables, como un incentivo económico al personal de la atención primaria. Todos los cuales deberían ha- ber incidido en una franca mejoría epidemiológica en este cáncer altamente prevenible. Sin embargo, siguen muriendo anualmente unas 600 mujeres por esta causa . Esta situación es coincidente con lo ocurrido en muchos otros canceres relevantes, atribuible al modelo de mercado en salud establecido a fines de los 70, el cual no solo no se ha corregido en los gobiernos democráticos sino que incluso ha sido reforzado (5). En este contexto, el Ministerio de Salud de- cidió el 2014, sin intentar corregir el problema de baja cobertura del tamizaje citológico por Papanicolaou, establecer una vacunación obliga- toria en niñas escolares de 9 y 10 años contra el virus papiloma humano, principal factor causal del cáncer cérvico uterino en mujeres adultas (6). Su efecto se podrá apreciar sólo después de 15 o 20 años, o sea, es una política pública de salud sin evaluación de impacto que ni siquiera ha conside- rado la medición de efectos adversos de esta va- cuna como tampoco efectos positivos en prevenir otros cánceres y uno inmediato, como verrugas ano genitales (7). El objetivo de este estudio es analizar la baja y decreciente cobertura en Chile del tamizaje cer- vical (Papanicolaou) junto con la mortalidad por este cáncer estancada en alto nivel, en contraste con países desarrollados. También cuestionar, no el programa de vacunación obligatoria contra el virus papiloma en escolares sino su oportunidad. Serra I., et al. Sin duda es una acción sanitaria costo-efectiva pero que debe hacerse en conjunto con un pro- grama de tamizaje efectivo ya que la vacunación no tendrá impacto antes de dos décadas. Es ur- gente aumentar la cobertura del tamizaje cervical como un mecanismo potente para bajar la mor- talidad por cáncer cérvico uterino en forma rápi- da y efectiva. Algo demostrado desde antiguo en Escandinavia (8) y en muchos otros países (9-12). MATERIALES Y MÉTODOS Se consideran el número de muertes y las ta- sas observadas o reales de mortalidad por cáncer cérvico uterino en Chile, entre 1990 y 2015. Las tasas se comparan con la cobertura de tamizaje cervical (Papanicolaou) como porcentaje de exa- men vigente en mujeres de 25 a 64 años, en forma anual y a nivel nacional, en el mismo período. Se procede igual con las tasas de mortalidad por este cáncer y cobertura de tamizaje cervical como proporción en países desarrollados selec- cionados, para los cuales se dispuso de esta doble información, señalando el año o periodo calenda- rio para ambos datos. También se comparan las coberturas de tami- zaje cervical observadas en el sector público de salud, usuarias Fonasa, y en el sector privado, usuarias afiliadas a Isapres. Finalmente, se organiza la información estadís- tica sobre mortalidad por cáncer cérvico uterino en Chile, desagregada por grupos etarios quinque- nales. El objetivo ha sido investigar un eventual aumento relativo de la mortalidad específica en la población sobre 64 años, la cual no está incluida en el programa del Ministerio de Salud. Esta si- tuación es probable dado el envejecimiento de la población chilena, una situación no estudiada en nuestro país. El dato pudiera ser relevante frente a un Programa Nacional para este cáncer, en el cual no se ha modificado la variable edad a pesar de que ya han transcurrido sobre tres décadas de vigencia del mismo. RESULTADOS La mortalidad observada o real por cáncer cér- vico uterino a nivel nacional 1990-2015 y la ajus- tada por edad, tienden a ser relativamente simila- res en todo el período (Tabla 1). Al comparar la evolución en el tiempo de la co- bertura de Papanicolaou, años quinquenales, sec- tor público de salud con la mortalidad por cáncer cérvico uterino, se aprecia una estrecha relación 134