ORIGINALES:
Migración y Salud
diversos y abiertos al mundo. El propósito de este
documento es desarrollar una mirada conceptual
y basada en la evidencia acerca de la relación en-
tre migración internacional, vulnerabilidad social
y salud. Se espera que esta mirada crítica aporte
a la discusión actual sobre este fenómeno y sus
efectos en salud, así como a sus posibles conse-
cuencias en la elaboración de recomendaciones,
políticas y estrategias de acción en personas y co-
munidades migrantes internacionales en Chile y
la región.
Dentro de las teorías sociales dedicadas a expli-
car la migración internacional y sus consecuencias,
destaca en la actualidad la teoría del transnacio-
nalismo. Esta fue desarrollada por Glick Schiller,
Basch & Blanc-Szanton en 1992 y 1994 (30). Para
estos autores, y bajo la necesidad de abandonar la
tradicional figura del «inmigrante», es que surge
desde este modelo el concepto de «transmigran-
te». Su argumentación propone que las personas
que migran construyen espacios sociales en don-
de conectan, de manera simultánea, sus países de
origen y de destino, en un proceso continuo (11).
A diferencia de los estudios clásicos enfocados en
las causas para emigrar o en la adaptación en el
destino, el transnacionalismo se interesa en las re-
laciones que son mantenidas entre ambos lugares,
y en el movimiento de personas, bienes, informa-
ción y material simbólico que traspasan las fron-
teras (12). Hoy en día, el transnacionalismo es uno
de los enfoques que han ocupado la atención de
las reflexiones académicas, aportando una mirada
dual e integradora de la migración internacional
en las comunidades de origen y de llegada, con
impacto local en ambas a través de fenómenos
económicos, sociales y políticos de envergadura
global.
Se estima que en el año 2017 había 258 millones
de personas migrantes internacionales, que mayo-
ritariamente se habían trasladado intrarregional-
mente, y que 37 millones de ellas correspondían a
menores de 18 años (2, 13). Así, en la actualidad
los inmigrantes representan, según estimaciones
de Naciones Unidas del 2017, el 3,4% de la po-
blación mundial pero el 14% de la población que
vive en países de altos ingresos. De acuerdo a da-
tos del año 2011, en América Latina y el Caribe,
25 millones de personas (alrededor del 4% de la
población total) habían emigrado a otro país (14).
Tal y como señala van der Laat el 2017, el
Continente Americano es una de las regiones
del mundo con mayor movilidad humana (10).
Centro América y México son considerados uno
de los mayores corredores migratorios del mun-
do, con poblaciones que migran por múltiples
razones, en diversas modalidades y mediante va-
riadas condiciones, muchas veces de alto riesgo y
vulnerabilidad (2). En Sudamérica también se pre-
sentan movimientos migratorios muy cuantiosos,
con amplia migración intra-regional y extra-con-
tinental, en ocasiones utilizando vías irregulares
y asumiendo condiciones de mayor riesgo (15).
Esta variedad de condiciones en las que se realiza
la migración, puede generar mayor vulnerabilidad
para la salud y el bienestar físico y psicológico de
SOBRE LA MIGRACIÓN
INTERNACIONAL
La Organización Internacional para las
Migraciones (OIM) define como migrante a cual-
quier persona que se mueve o que se ha movido
a través de una frontera internacional o dentro de
un Estado, lejos de su lugar habitual de residencia,
sin importar (i) el estatuto legal de la persona; (ii)
si el movimiento es voluntario o involuntario; (iii)
cuáles son las causas del movimiento; o (iv) cuál
es la duración de la estancia (4).
La migración internacional es un proceso com-
plejo y dinámico, que se inicia antes que la per-
sona cruce una frontera, en algunos casos varios
años antes, fase que se conoce como pre-migra-
toria (pre-partida). En esta etapa la información
que se recibe, formal e informal, se considera en
función de las posibilidades de desplazamiento y
las dificultades de vida en el país en que se reside.
Luego, si se decide migrar, corresponde a la fase
de cruce de una frontera o migratoria (tránsito),
que en muchos casos es segura y regular, pero que
en otros suele exponer a riesgos de abuso, maltra-
to y violencia, e incluso trata y tráfico de perso-
nas (8). La tercera fase es la de llegada (destino),
con el acomodo social, cultural, político y legal
que siempre significa. Algunos de los problemas
principales de la etapa de “llegada” son las difi-
cultades idiomáticas y la desprotección en salud.
Esto último es especialmente complejo en perso-
nas que están más expuestas a enfermar por vivir
en condiciones de habitabilidad precarias: vivien-
das inhabitables, hacinamiento, con poco refugio
para las inclemencias climáticas, mal alimentadas,
etc. Tras la llegada, con frecuencia ocurre la gran
decisión de asentamiento, retorno, o nueva bús-
queda. Algunos autores indican que los primeros
3 a 6 meses son los más críticos, mientras otros
proponen hasta un año o año y medio como fase
en la cual la persona busca comprender la nueva
realidad, construir redes e integrarse (9, 10).
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Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (4): 109-119