Cuadernos BDSM Nº 22 | Page 20

CUADERNOS DE BDSM - nº 22 del sostenimiento de la propia sociedad. Pongamos un ejemplo en el campo íntimo de la relación sexual. Prescindiendo del onanismo, está claro que el acto sexual va a requerir de una dualidad de personas. La sociedad entiende que el deseo sexual está presente en las personas y nos diferenciamos de los animales por no depender el mismo de los estadios de celo, sino que es un deseo y necesidad que se comparte. Cuando dos personas se conocen y consienten mutuamente en mantener relaciones sexuales, nada dice al respecto la sociedad porque ambos lo han buscado, y socialmente se entiende que dos personas tienen esa necesidad por naturaleza. Esa sociedad entiende que es un acto libre en el que personas adultas han deseado unirse. Pero esa misma sociedad entiende que se precisa de ese elemento de libre consentimiento entre dos personas valorando que se trata de seres con capacidad de entender, comprender y decidir, pero no tolera el uso de la fuerza. La relación sexual forzada, la relación sexual sin expreso consentimiento, constituye ya un atentado contra un bien personalísimo en el que se degrada la persona sometida, al ser tomada como objeto: se yace con ella por la fuerza, tomándola como quién toma un objeto. La necesidad de respeto mutuo entre personas precisa del respeto a la libre decisión de aceptar la relación sexual o a rechazarla: impera la necesidad de que la fuerza bruta no sea el orden rector de la sociedad. La sociedad protege la libertad decisoria de cada individuo en su sexualidad, garantiza la preeminencia de la razón sobre la fuerza física y dispensa esa protección y garantía ante la libertad sexual a través del mecanismo sancionador más contundente del Derecho: la imposición de una pena por agresión sexual, violación o abuso sexual. El BDSM se nutre de esa línea básica social, donde los límites no vienen solo determinados por los acuerdos inter partes, sino también por la protección que merecen los bienes vinculados a la propia persona, y que en muchas ocasiones no precisa de un especial conocimiento de la ley, sino del sentido común de la experiencia de vivir en una sociedad. La asfixia es un elemento de atracción sexual, que podrá practicarse con consentimiento, pero si llega a producir la muerte, no podrá contarse con el consentimiento como elemento de exoneración. Por lo tanto, podemos decir que hay límites que derivan del acuerdo mutuo del dominante y del sumiso y hay límites que están presentes de forma ineludible en la básica relación social en la que estamos integrados. La sociedad actual es compleja. Organizada territorialmente y por Estados, tras el movimiento revolucionario de la ilustración se ha estructurado una moderna sociedad democrática que reconoce de unos derechos que son esenciales a todo ser humano: se elaboró una Declaración de los Derechos del Ciudadano y del hombre ya en el año 1789 donde se reconocían unos derechos inherentes al hombre, y se han consagrado derechos fundamentales a nivel internacional, y por medio de la Organización de Naciones Unidas, en la denominada Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, siendo esta última la vigente para los Estados firmantes. Pero no son solo las declaraciones internacionales, sino que también a nivel interno de cada Estado se elabora y dicta un texto marco fundamental que rige la organización y funcionamiento de ese Estado de Derecho y Democrático, denominado generalmente Constitución, y ese mismo texto consagra una serie de derechos y libertades fundamentales del ser humano, y los “constitucionaliza” con el fin de estar garantizados y ser oponibles frente a la fuerza del Estado, pero esto no significa que no merezcan protección ante los particulares (nuestros iguales sin poder público (sin potestas)). Internamente la propia sociedad establece unos criterios de conducta mínimos irreductibles que no quedan a Pag. 20 CuadernosBDSM es un proyecto sin ánimo de lucro y su distribución es libre y gratuita, sólo para PÙBLICO ADULTO. Los artículos pertenecen a sus autores. Está prohibido modificar los textos, así como comerciar con este material.