EL ORIGEN DE LA VIDA
Ala izquierda,
diferentes algas
unicelulares y otras
células. A la derecha,
Stanley Miller con el
equipo empleado para
recrear las condiciones
de la atmósfera
primitiva.
En 1924, el ruso A. I. Oparin (1894-1980) postulaba que la vida se había
originado de forma progresiva, a partir der compuestos orgánicos sencillos, como los
aminoácidos, formados en la atmósfera primitiva a partir de metano, hidrógeno y
amoníaco, gracias a la radiación ultravioleta y a los relámpagos. Estos aminoácidos,
depositados por la lluvia sobre las rocas calientes, comenzaron a formar proteínas,
acumulándose, que se acumularon en mares y océanos templados. Las proteínas
comenzaron a formar glóbulos, que él denominó coacervados, encerrando en su
interior polisacáridos y otras moléculas orgánicas, lo que pudo dotar a estas
estructuras de un metabolismo básico. Serían los primeros protobiontes.
Posteriormente, en 1953, el estadounidense Stanley L. Miller (1939-2007)
probó la hipótesis de Oparin recreando las condiciones de la atmósfera primitiva y
logró sintetizar varios aminoácidos y nucleótidos: los ladrillos básicos de las proteínas
y de los ácidos nucleicos, respectivamente. Desde entonces, los datos nos indican que
la vida probablemente comenzó hace unos 3.800 millones de años, sólo 700 millones
de años después de la formación de nuestro planeta, a partir de moléculas orgánicas
más sencillas, que fueron organizándose progresivamente para formar otras más
largas y complejas, algunas de las cuales, como el ARN, pudieron ser capaces de
catalizar reacciones químicas, almacenar información y hacer copias de sí mismas,
según el premio Nobel Walter Gilbert (1932).
A partir de estos compuestos orgánicos complejos pudieron originarse sistemas
biológicos que combinaban tres características fundamentales: un compartimento,
un metabolismo básico (que permitía intercambiar materia y energía con el entorno)
y una molécula con información genética (probablemente el ARN). Estos sistemas
biológicos podrían ser considerados las primeras células primitivas, pues ya tenían
capacidad para auto-mantenerse y auto-reproducirse. A partir de ellas, la evolución
por selección natural originaría una especie unicelular más compleja denominado
LUCA (Último Ancestro Común Universal, en inglés), que fue el antepasado del que
deriva toda la biodiversidad actual.
SUMARIO
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