TEORÍA DE LA DERIVA CONTINENTAL DE WEGENER
A la derecha: Evolución de Pangea según Wegener. “El
origen de los continentes y océanos”. 1915
Durante el siglo XIX y principios del XX, los geólogos creían que los
continentes habían permanecido en las mismas posiciones desde su formación.
Pero en 1915, el meteorólogo alemán Alfred Wegener (1880-1930) propuso en
su libro “El origen de los continentes y océanos” la revolucionaria teoría de la
deriva continental, que establecía que los continentes estuvieron unidos hace
unos 300 ma formando un supercontinente denominado Pangea, hasta que
hace poco menos de 200 ma, esta inmensa masa continental se fracturó en
bloques móviles, como las piezas de un puzle, desplazándose lentamente a lo
largo del tiempo, hasta ocupar las posiciones actuales.
Esta teoría, rechazada durante decenas de años a pesar del cúmulo de
pruebas a su favor aportadas por el propio Wegener, fue aceptada por los
geólogos en los años 60 del siglo pasado, englobada dentro de otra teoría más
reciente denominada Tectónica de Placas, que explica la actividad interna de la
Tierra a partir de los movimientos de los rígidos fragmentos litosféricos que
flotan sobre el manto superior, más denso, más caliente y más fluido, debido a
las corrientes de convección del manto, accionadas por el calor generado en el
núcleo terrestre, con una temperatura de unos 5000 º C.
Diferentes estudios han demostrado que este ciclo que incluye la
fragmentación continental seguida de la formación de un nuevo
supercontinente, propuesto por Tuzo Wilson (1908-1993), se ha repetido a lo
largo de la historia del planeta unas siete veces, desde la primera gran masa
continental, denominada Vaalbará, hace unos 3500 ma, hasta la última,
Pangea, hace 300 ma.
SUMARIO
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