CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 51
de mano, apuntando hacia un “perrito”: "¿Y de que esta gritando ese perro?
¡Denle en la cabeza! ", Queriendo dar a entender que se debía de liquidar a los
que gritaban. Y es lo que se hacía. Ya antes Roberschewski había matado a dos
alemanes. Vi también que en una sala se hallaba acostada diez personas
completamente desnudas, de las cuales siete ya estaban muertas, todas
terriblemente heridas en todo el cuerpo. Las tres aún vivas yacían en el fondo,
soltando gemidos. R. Pasado con varios polacos, preguntó: "¿Todavía están
vivos?", haciendo una señal a otros polacos que desconozco, a lo que estos les
darán con unas hachas ensangrentadas, matando a los tres.
Fuente: Sd. K. Ls. Bromberg 79/39.
14. Niño de 11 años, arrancado de los brazos de la madre y muerto a golpes.
Asesinato de cuatro personas de la familia del jardinero Beyer, Bromberg.
Extraído de las actas de la central de la policía criminal del Reich - Comisión
especial de Bromberg - Distintivo Tgb. V (RKPA) 1486 / 7,39.
I
El asesinato cometido en personas de la familia del jardinero Beyer, residente en
el Barrio de Hohenholm de la ciudad de Bromberg, y característico para gran
número de familias pertenecientes a determinados grupos profesionales,
víctimas, el Domingo Sangriento, por las hordas polacas, y que fueron casi en
parte, totalmente diezmadas, como es característico para determinados grupos
de criminales, pertenecientes a organizaciones estatales de funcionarios polacos,
y que, al parecer, ningún vínculo tuvieron con los militares que son responsables
de cientos de masacres.
II
Íntegramente esclarecidos los sucesos por declaraciones y por el estudio del
material objetivo, el estudio criminal y pericial del asesinato Beyer demuestra
que la noticia del domingo sangriento penetró en el terreno del jardinero
Friedrich Beyer, citación nueve no concuerdan a los responsables - funcionarios
de la carretera de hierro francesa de Gdigen, uniformados, encabezados por un
adolecente de 17 años, de nombre Jan Gaca, ya condenado a muerte por
sentencia tribunal especial.
Anteriormente, los criminales habían disparado tiros al terreno, por lo que la
familia Beyer, compuesta de la pareja Beyer, sus dos hijos de 11 y 18 años y del
sirviente Erich Thiede, intentó huir a la residencia cercana de la progenitora de
Beyer, señora de 66 años de edad. A ellos les siguen los ferroviarios, todavía
sobre a jefatura de Gaca, haciendo volver a los fugitivos y la anciana al terreno