CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 195

motocicleta, el comandante de la compañía de ciclistas, un primer teniente que traía el número del regimiento 58. Este regimiento tenía su sede en Posen y se hallaba acuartelado en la cuadra del antiguo 6. ° regimiento de granaderos. Mientras el joven teniente me envió a la cocina de campaña que se encontraba en el patio, mandó conducir a mis compañeros hasta el muro de la propiedad. Al llegar el primer intento, este pregunto al teniente en tono enfadado y tan alto que pude oírlo: "Entonces, ¿cuántos de esos cerdos hitleristas liquidaron esta vez?" El teniente respondió: "Cuatro ya están detrás del muro, y los demás están a su disposición. Apuntando hacia mí, añadió que yo había de ser exceptuado, mostrándole las dos cartas de reconocimiento. A continuación, el primer teniente malo mando a llamarme y me preguntó qué cargo había ocupado en la guerra mundial. Cuando respondí, de acuerdo con la verdad que yo había sido primero sargento efectivo, me declaró que estaba en orden y me mandó quedarme fuera. Se dirigió entonces, en voz alta y arrogante, a los soldados polacos que se hallaban esparcidos en el pateo - unos 300 a 400 - ; con las siguientes palabras: "¡¿Entonces, quieren ver más de esa carne de cerdos hitleristas alemanes?! Alo que todos los soldados respondieron en coro: "¡Sí, señor, fusilemos a todos los cerdos!" El primer teniente mandó, después, dos soldados buscar al redactor Busch, de Neutomischel. Preguntando cuál era su profesión, y no sabiendo hablar polaco, le presentó su carnet de identidad. Ahi, el primer teniente, armado de granadas de mano, de browning y de una vergüenza, dio unos quince golpes brutales en la cabeza de Busch; el pobre hombre echaba sangre por los ojos, la boca, la nariz y los oídos, quedando todo ensangrentado. En seguida el teniente mandó a dos soldados colocar a Busch junto al muro del pateo, con el rostro al muro, sacó el revolver y le disparó un tiro en la cabeza. Yo vi cómo Busch cayó herido en el occipital y como el oficial le dio dos tiros en la cabeza, que lo mataron después, el oficial, todo empinado se dirigió de nuevo a sus soldados, gritando: "Quieren más de esta carne de cerdos "hitleristas?" y, alo que los soldados respondieron uníssonos: "Todos a la pared". Entonces, el primer teniente cogió, a placera dos compañeros, matándolos, igualmente, a tiros, haciendo lo mismo con otro compañero que mandó escoger por un cochero. Esta víctima fue el infeliz labrador Pohlmann, de Sklowo, cerca de Kostschin.